Conversión


¡Qué exquisita es tu esencia en el paladar humano! Te saborean con cierta intimidad en cada sorbo de tu roja y despampanante sangre aclimatada. La envidia me salpica en mi ego acuoso…, caigo hipnotizado por el marullo del choque entre copas de cristal que tintinean en tu elegante presencia. El pecado embriaga los sentidos en esta noche dionisíaca donde la luz no tiene cabida. Tu vida pasa en las bocas que te sorben a tragos crucificándote así, en sus papilas gustativas.
Cada que te sirven en los pesebres de vidrio soy testigo del bautismo de tu religión líquida; un tanto divina, un tanto trascendental. ¡Qué lujo que te conserven en una botella que no alcanza tan fácil a los bolsillos de cualquier mortal con escaso capital! A mí, tal vez me beban al día siguiente; donde la luz apolínea de lo racional, castigue los efectos de tu resaca demoníaca. Yo soy repulsivamente transparente y tú…, eres supremamente compleja; a tal grado, que necesitan encerrarte por varios años para que adquieras una personalidad elegantemente delicada y madura. Que deslumbre a tus testigos religiosos con tu espesura. A mí, me guardan junto a cualquier alimento en espacios vacíos; catacumbas friolentas que cuando expiden mi sentencia, me sorben y me acaban demasiado rápido: sin saborear mi horrible simpleza líquida.
Un refinado corcho simboliza el rito que hay que escenificar ante tu figura jadeante. El sonido de tu descorche, vendría siendo el rezo teológico de tu celestial paraíso. En cambio, en mi abrir no hay acto divino, ya que con el girar pagano de mi tapa de plástico desencadenan mi infierno cotidiano. Desearía que la historia vuelva a hacer de las suyas… Ven Jesús, y has la conversión acuática, convirtiéndome así, en ese color que desata el deseo de los pecados más profundos de mis abismales aguas. Quiero que me beban con delicadeza y calentura. Quiero ser el testigo a la entrada del infierno en pleno acto sexual. Quiero que celebren conmigo sus ritos más mundanos. Quiero que me consuman en sus más amargas tristezas existenciales. Quiero algo diferente al ser y la nada. Quiero ser vino de tu sangre y no más agua pura en tu calma deseada. 

JNR

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