Reflejo
Me observas
mientras escribo frente al espejo. Cruzamos la mirada tajante, retadora, los
dos nos odiamos a pesar de compartir el mismo rostro, queda en mi egolatría la
sensación frenética de no saber si yo soy la persona real y tú el reflejo de mi
ser. Te veo escribir de igual manera. La intriga me abofetea insinuando mi inocencia.
Será acaso que yo sea el reflejo y ordenes a mi alma y cuerpo copiar cada
movimiento que haces. Dirijo mi atención al texto frente a la computadora para darme
cuenta de algún error ortográfico, para que así no me juzguen mis lectores al momento
de leerlo. Vuelvo la vista hacia el espejo esperando volver a intercambiar
miradas; más sin embargo, noto que sigues escribiendo. Mierda, esto debe de ser
un sueño, sí, de seguro me quedé dormido y estoy teniendo una pesadilla. Me
impresiona la intensidad de verte seguir escribiendo, denotas furia, una mirada tan esquizofrénica. Trato de serenarme
al pellizcarme en mi brazo derecho; me ahoga la ficción. No estoy soñando ni
delirando, has dejado de copiar mis trazos corporales. Grito como nunca y me nace
un llanto de terror frente al espejo. El sonido te perturba, vuelves tu mirada
envenenada de odio hacia mí rostro. La furia te embarga. Lanzas la computadora
hacia el espejo rompiéndolo, logras atravesarlo ante el
inminente golpe. Los cristales vuelan por todos lados. Pierdo la noción. Al recobrar
la razón, me invade la felicidad de saber que por fin me deshice de ti. Tengo
sed de muerte. Pero tendrá que ser con otro aspecto y múltiples reflejos diferentes.
Tus conocidos no sabrán que has muerto. Trataré de disimular muy bien tu
personalidad para que así los demás no noten que soy yo sino tú. Pero cuando
veas tu reflejo al terminar de leer este escrito. Sabrás que estaré mirándote,
asechando. Cada que te mires al espejo sabrás que has muerto y ahora eres un
trozo de carne sujeto a hilos invisibles destinado a imitar mis movimientos, ya
no eres libre, ahora soy tú.
JNR