Ayukoto y Amishanti
Ambos desconocían la gran constelación que disiparía su grandilocuente amor en aquella noche de fugaces estrellas. Esta es la historia de Ayukoto y Amishanti. Era una tarde de lluviosa en la ciudad de Akamara Taganashi de 1995. En un rubor de mejillas y de inocencia, Ayukoto conoció debajo de una mesa de plástico en su cumpleaños número cinco a la niña que no volvería a ver dentro de treinta años y que se convirtió en su primer beso en un arrebato que ambos no se explicaron y no quisieron entender el por qué de su paradigmática atracción. En un clásico juego de escondidas entre varios niños y niñas, solo ellos dos habían elegido esconderse debajo de la mesa donde yacía el pastel del cumpleaños. Un mantel blanco bordado con figuras de flores Kosumosu de color púrpura fue la única tela que los mantuvo invisibles al resto del mundo. Ambos exhalaron respiraciones cálidas. El universo fuera de ese espacio reducido no existió por unos breves segundos. Ella tomó la iniciativa y sin conceder