Pasos
Una disimulada
estrella susurra en el palpitar de tu ventana nocturna que calla la envoltura
de tu cuerpo desnudo en sincronía con mi voz. Dos pasos, tres pasos, canto de
mi llanto circunda al caminar. Danzas de lágrimas fúnebres, consuelo de ángel
caído. Retumba cual violenta cascada el sonido del licor apoderándose de los
vasos de cristal. Ya no hay abrigos para nuestros corazones que comienzan a
llenarse de nieve en cada latido de su andar. Cuatro pasos, cinco pasos, el
desdén de la monotonía mundana de mi compasión por abandonar el valle de tu
recuerdo. Desdichada ironía la velocidad en que uno puede enamorarse de ti,
pero quién me quitará la eternidad de nuestra separación en aquel maldito vacío
del eterno suicidio que las huellas de tus besos provocaron. Seis pasos, siete
pasos, bailo lentamente en un estado de coma interno que pudre mis más sinceras
sonrisas. Ocho pasos, nueve pasos, la cuerda de un violín desafina en el
tropiezo de nuestra torpeza. Diez pasos, callo yo, y tú mátame con tus abrazos.
Un paso, se cierra el telón en nuestro eterno y breve amor, ahora solo nos
queda lidiar con el fantasma de nuestro regazo. Ya no hay pasos, solo el
delirio de nuestras miradas invisibles que algunas vez se respiraron y que
ahora son manecillas que avanzan en reversa y que se piensan a ratos y a pasos.
JNR