¿Quién soy realmente?

Soy lo que ya no soy; ya no soy lo que solía ser. 

Soy un fantasma vivo que camina invisible en un cuerpo de carne ingenua ante los ojos ególatras.

Soy un ser sin importancia en un mundo donde la importancia es lo más importante.

Me he vuelto una imagen pasmada en el ordenador que cuando habla nadie le entiende por carecer del disfraz de figura de autoridad.

Soy el alumno que nadie toma enserio.

Soy la seriedad vacilante que muere con cada sonrisa torpe.

Soy un eterno amanecer nublado con olor a cafeína. Siento que mis estudios se han vuelto un traje que me aprieta, que me asfixia. 

Ya no comprendo a los docentes, hay cierta hipnosis en sus pensamientos, se han vuelto ciegos ante la creatividad ajena, se han vuelto sordos ante el canto del estudiante. Los lineamientos los han seducido. Se han convertido en máquinas tragamonedas donde cada moneda insertada arroja una instrucción de quehaceres. Ya no importa que aprenda, sino más bien que cumpla.

Siento que la universidad se hace cada vez más grande, pero aun así, siento que no me cabe.

El ensayo, los resúmenes, las lecturas ahora me provocan nauseas. Cómo quieren un resumen corto de un libro que habría podido llevar años para su elaboración.

A veces siento que cuando se piden ensayos solo es meramente para saber si somos idiotas o no. Los ensayos hacen que cada nuevo tema que resulte fascinante se vuelva repetitivo.

Desde que entre a la universidad siento que he desaparecido poco a poco.

En fin, soy un inconforme.

Soy una repetitiva lucha para no ser como todo el mundo quiere ser.

Soy un rechazo constante de mí mismo que rechaza en cada oportunidad una nueva ocasión para ser rechazado.

Ante el amor soy un proveedor de puertas. Cada que alguien se fija en mí, coloco una puerta cerrada esperando a que sea tocada para abrirla y poner otra puerta.

Solo busco a alguien que le guste de tocar mis puertas constantemente hasta que cada una de las puertas desaparezcan.

Soy el peor candidato para ser adulto. Soy un niño asesinado por el tiempo.

Antier me pidieron que diera la definición de literatura, pero fue demasiado poética, muy subjetiva, lo que mi maestra quería era una definición más parecida a la de un diccionario. Y es que la vida se ha vuelto eso, un estúpido diccionario, donde cada significado se convierte en un juguete pisado por un adulto, a mi niño agonizante solo le da por llorar cada noche donde mi alma se vuelve cada vez más pesada.

Soy un anti-diccionario que aumenta su grosor con el pasar de los días.

¿Definir quién soy realmente? Sería definir lo que no soy y lo que no quiero ser.

Definirme en un ser es lo que nunca voy a comprender siendo.

Soy posibilidad y posible a la imposibilidad.

Hoy creo ser, mañana ya no soy.

Soy así, a secas.

Soy.

JNR  


Entradas más populares de este blog

Poeta incierto

Mi llorar silencioso

Ángel caído

Silencio desaparecido

Incompetente

No me alcanza la vida

Una voz que se ilumina

Ira absoluta

Hay libros

Soy autista