Qué es la filosofía
Hay cierta ironía que
acompaña al cuestionarle a la filosofía un qué, que posteriormente puede
derivarse en un por qué, para qué, cómo, etcétera. Dicha ironía de definir de manera
universal a la filosofía va en contra de los principios de la filosofía misma.
Esto es, que al contestar qué es la filosofía, la reduciría a una
especificación para su identificación de manera simplista y de manera práctica,
proporcionaría calma al amante de conceptos que goza de colocar etiquetas a lo
que no entiende, pero que a su vez le trae quietud al conformase con una
definición desde su percepción vacía, ya que dicho ente buscador de
significados podría ignorar que los sentidos que proporciona el cuerpo
mantienen al alma engañada ante lo que es realmente verdadero. Darle respuesta
a la filosofía es quitarle todo lo que la envuelve: su historia, sus
pensadores, su convicción. Le quitaría al buscador de la filosofía el laberinto
que debe recorrer para darse cuenta que con cada camino ilusorio pueda
aclararse en algún momento y hallarse en la cuenta de que la cuestión en sí no
es el qué, sino más bien el ser Filosofante.
Entonces al entender esto, el partícipe de querer saber qué es la filosofía ya
no buscaría una respuesta concreta, sino al contrario, la respondería con otra
pregunta que manifestara más intriga y búsqueda hacia la verdad. En un modo
subjetivo e inocente, yo me plantearía la pregunta: ¿Soy para la filosofía?
Podría de igual modo darle al lector una
definición a modo de descripción como si tratase a la filosofía como un personaje
mitológico, donde aparecieran las habilidades que es capaz de realizar dicho
ente: Inclinación a la sabiduría, sapiencia, juicio, contemplación, opinión,
teoría, especulación, pensamiento, razonamiento, indagación, calma,
racionalidad, mentalidad, abstracción. En contraste, también se podría hacer
mención de sus debilidades las cuales serían: apresuramiento, irreflexión,
estupidez, irracionalidad, práctica, indiferencia, apatía, aburrimiento, hacer
del cuerpo un amo, glotonería, lujuria, no moderación, afición a los vicios. En
fin, preguntarse sobre qué es la filosofía es hacer filosofía.
JNR