Búsqueda

 

La separación de nuestros cuerpos encendidos en aquel vaivén del vetusto de nuestro amor en cada época resultaba ya una monotonía para nuestro placer masoquista. Te encuentro en el roce de una hoja mientras se tambalea en un baile cortante con el viento. El sorbo matutino del líquido obscuro despierta mis sentidos y los armoniza en una conjugación de colores que destellan en la búsqueda de tu afán de cambiar de rostro. Una exclamación tuya en el viento me bastaría para comenzar la búsqueda de nuestra unión con tendencia a encontrarse. Cada recuerdo juntos es una secuencia de imágenes un tanto nubladas. Pero cada lugar es una vibración que nuestro corazón danza en su sentir palpitante. Cruzo calles anhelando ver nuestras sombras besándose. Cruzo puentes que invitan al suicidio. Hay flores en cada huella de nuestros pasos. Zumban mis oídos con el tintineo en cada cafetería donde anhelo nuestros más íntimos sorbos de café. ¿Pero tú me buscas? No tengo idea. Tal vez soy el único que cree todavía en la trascendencia de nuestro amor en cada época del tiempo. No sé quién fui, ni sé cómo era, pero tengo un sabor de boca que te pertenece. Un aliento que exhala en cada suspiro de cada lugar en el que siento que ya he estado antes. Existen libros que abro sin haber leído pero que se sienten ya leídos. Mis letras esconden una pulsación que anhelan encontrar tus ojos de lectora, algo que al leerme también te haga disipar esa niebla en la memoria, esa vibración de sonido que haga que tu corazón se sacuda cada una de sus capas y haga caer su disfraz de olvido. Pero por si no funciona, yo sigo buscándote, yo sigo buscándonos. Emprendo caminos sin rumbo en un hilo invisible donde percibo los ronquidos de tu corazón que anhela despertar. Recorro museos de principio a fin y en cada una de las obras inspecciono a detalle cual es la que más se siente nuestra. No porque la hayamos creado, sino porque juntos llegamos a un acuerdo de gusto mutuo. Cuando la encuentro me quedo esperando a ver si apareces y si reaccionas al igual que yo en una experiencia estética arrolladora de sentidos, propia de alguien que se deja asombrar ante lo asombroso. Pero no apareces, sigo mi búsqueda. En cada nube que me encuentro tumbado en el pasto de cada parque, pienso en nuestras batallas de cosquillas que mi cuerpo siente con extrañeza ante tus ausentes manos. Cada noche de luna llena es donde más siento que estás ahí, observando, pensando en nosotros, y contemplándola mutuamente arropados con nuestros abrigos hechos a base de suspiros sordos. No sé si te encuentre en esta vida, no sé si en cada vida te he encontrado, pero sí sé que aunque haya épocas del tiempo donde no te encuentre, aun es igual de bello vivir sabiendo que te busqué, te busco, y te buscaré.

 

JNR

Entradas más populares de este blog

Poeta incierto

Mi llorar silencioso

Ángel caído

Incompetente

No me alcanza la vida

Una voz que se ilumina

Sombra de mi sombra

Ira absoluta

Hay libros

Silencio desaparecido