No me escribas

No me escribas, ya que tu indiferencia me va desapareciendo a pedazos, poco a poco, matándome despacio. Y es que si me escribieras hoy sería morir de golpe, de manera certera, fulminantemente. Sería brutalmente arrancado de mi cotidiana vida nostálgica para ser arrojado a un pozo sin fondo y que nadie nunca más supiera de aquel hombre al que le gustaba siempre estar triste. Si leyera tu nombre en una carta o en un mensaje que me pudiera llegar. El simple acto de leer tu nombre haría detenerse por un momento mi corazón marchito. Escribirme sería tu mejor venganza, ya que en tu vil gentileza de querer saber cómo me encuentro. Me destruirías sangrientamente con cada una de tus amables palabras. En tu indiferencia encuentro esperanza, hay vida y calor en tu imagen fantasmal. No estás muerta, pero el que aparecieras textualmente de la nada sería un brutal susto de muerte para mí. Surgiría en mí la sensación de no avanzar en el tiempo. Si me escribieras sería como quedar atrapado en un espiral de infinito pasado. Sería de manera trágica para mí el que me escribas como a uno de tus amigos. Siendo que todos estos años en que estuviste ausente, yo aun te amo y sufro felizmente cual masoquista embriagado.

No me escribas, por favor no me escribas. Si me escribieses sería crucificarme por cada pecado y acto de olvido en que mis labios han decidido no recordarte. No me escribas, y menos en la noche que es donde más te recuerdo, donde más me haces falta. Te suplico, no me escribas, y si así lo hicieras. Miénteme respecto a tu vida. Inventa la mejor y más feliz vida posible para que me muera tranquilo al saber que sin mi existencia el mundo puede ser feliz. Con una sola vez que me escribieses bastaría. Ya que en una segunda. Ya no habría a quién le llegaran tus letras. Así que, una vez muerto. No me escribas más…, te lo ruego, no me escribas.

 

JNR

Entradas más populares de este blog

Poeta incierto

Mi llorar silencioso

Ángel caído

Incompetente

No me alcanza la vida

Una voz que se ilumina

Sombra de mi sombra

Ira absoluta

Hay libros

Silencio desaparecido