Aceptación metafísica
He bañado mi alma
en
un rocío de aguas negras.
Estancia
de penumbras
veladas,
temidas.
Fetidez
percibida.
Resurgimiento
de un ser
que
ya no lloriquea.
Despierto
con vivacidad,
veo
al mundo sin fijeza.
Ya
no hay extrañeza;
solo
pudor y viveza.
Sosiego
de mis sentidos.
Ya
no hay impulsos
solo
mesuras silenciosas.
Surge
cierto talento
que
me hace sordo
ante
la agitación predominante
angustiosa
y exasperante.
Hay
bonanza.
Me
he bautizado.
Misticismo
apreciado
en
un mundo sin balanza.
Ya
no hay ofuscaciones
estripitosas
y afanadas.
Pesquis
mental de lo enigmático:
Gloriosa
aceptación metafísica.
A
simple perspectiva
me
distinguen enclaustrado
falsas
amistades a la deriva
árbol
familiar disgregado
Yo
los diviso semejantes
con
ternura,
nunca
cambiantes.
JNR