Palabras a la deriva

Cuántas palabras no alcanzan

en la prisión de nuestro lenguaje.

Quiero escribirte

las palabras más sensatas,

más bellas;

pero solo salen las más tristes.

 

Si tan solo pudieras tocar

con tu boca cada palabra mía.

Nos besaríamos en versos,

en comas,

y en cada punto te desearía.

 

Qué sentido tiene

embellecer el lenguaje,

si yo solo anhelo

amarnos

en palabras y sin carruaje.

 

Palabras a la deriva:

sueltas,

salvajes…

 

Y es que el lenguaje no alcanza

para demostrarte cuánto te extraño.

Ahora me disuelvo en palabras,

volviéndome más huraño.

 

Y es que yo quiero

que me entierren así:

en llanas y simples palabras.

Palabras que ya nadie extrañe

pero que se refugien

en lenguas ajenas

y degusten

la amargura en el sazón

de mis palabras saladas.

 

Yo ya no importo.

Olviden mi nombre.

La egolatría de quien escribe

debe olvidarse.

Pero les pido de favor

que cuando yo ya no exista.

Que desentierren

y alimenten

mis más íntimas

y hambrientas palabras.

 

JNR

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