Silencios ansiosos
Hasta en una caída
aparatosa hay música. Cuánta desgracia subyace en mi simbólica monotonía.
Desechos de pensamientos esparcidos en el limbo de la mente que he ahogado
infinidad de veces, pero, que hoy brotan a flote en mi desesperanza. Has hecho
que mis silencios se vuelvan ansiosos. Te has vuelto la pesadilla más
recurrente y repugnante que mi inconsciente sigue develando. Y es que acechas
con un parecido físico en otras mujeres jóvenes que miro dándome la espalda en
la calle a lo lejos y divisan un color de cabello similar al que portabas la
última vez que estuvimos de frente. Hasta se detiene mi caminar. Me quedo unos
segundos paralizado, esperando a enterrarse un cuchillo grande en mi pecho. Una
vez que confirmo que no eres tú, mi alma y mi corazón suspiran fuertemente en
señal de descanso y paz mental. Cómo pueden haber ya pasado tantos años donde aún
sigo con estas dolencias amargas. Si tú, ya hasta has de tener nuevas ex
parejas después de nuestra relación fallida. No es por etiquetarte como una
persona fácil, para nada, solo es bien sabido que muchos hombres, y creo,
algunas mujeres. Añorarían y darían lo que fuese por tan solo ir tomados de la
mano contigo en cualquier banqueta o kiosco por tu casa. Yo me hallo más viejo
y tú…, pareciese que a ti los años no te tocan, pero sí, sí luces más sabia,
más experta, sí, menos tú. Al menos, la que yo conocí. No tengas cuidado, te
entiendo. Sé que ahora es muy complejo llegar a presentar tu ternura a nuevos
amantes tuyos, pero no los olvides como a mí, recuérdalos con cariño y
aprendizaje grato. A mí..., me olvidaste muy en serio, y eso siempre te lo voy
a agradecer, por medio de cada luna llena en la noche al suspirar pensando en
que si también estarás contemplando la misma luna llena: grande, amarilla, un
tanto hueca como tú.
Tú me enterraste en un
formidable olvido, yo…, te olvido en una cantidad enorme y repetitiva de
entierros cada noche y en suspiros.
JNR