Me siento enterrado
Me siento enterrado
en
el fondo de un desierto
donde nadie anhela desenterrarme.
Pequeños
rastros de sombras
acompañan
mi agonía
tan
trágica y desértica.
Ligeros
trazos de luz
pintados
a la lejanía
de
mis más íntimos llantos
que
se quedan guardados
en
el fondo
de
la indiferente arena
que
quema,
que
abriga,
que
no me deja.
Doy
pequeños pasos
en
la noche fría
caminando
sin rumbo
como
muerto en vida,
sin
razón,
sin
motivos,
sin
una ilusión
de
deseo de salir
de esta
ya muy querida oscuridad
que acaricia
de
vez en cuando
mi
muy amada soledad.
Con
rasguños y mordeduras
vuelvo
a caer enterrado
en
la arena de un desierto
que
es más sabio
de
noche que de día.
La
lluvia
empieza
su sinfonía
de
lamentos con gotas
que
se incrustan
en
mi cara seca
ya
roída y agrietada
por
la depresión
de
no ver un alma
cerca
y ajena a la mía.
Resuena
cada impacto
como
proyectil
del
cielo hacia a la arena.
Ruge
cada grano de arena
con
cada penetración de líquido.
Es
un tormento,
pero
un tormento
que
me hidrata y rehabilita.
Una
noche más
sin que la muerte se entere
de mi presencia
en
este desierto abandonado
de
calladas agonías.
JNR