Cuando muera

Cuando muera

quiero que recojan

todas mis letras.

El recuerdo de mi esencia.

El recuerdo de mi vida.

Los recuerdos

de aquello que fui.

Mis tristezas.

Mis dolencias.

Mi paz.

Mis vivencias.

Cada letra mía

habrá sido un paso más.

Más pasos que caminan

hacia a la oscuridad

entre amores y desamores

de quien me amó y me abandonó.

De quien amo ahora,

pero no puedo

estar con ella en la horca.

Escribo en vida

a la vida antes 

de que la muerte

me depare, me consuma.

 

Cuando muera

no me recuerden.

Recuerden a la muerte.

Vivan a sabiendas

de que hay muerte.

Vivan humildes.

Vivan felices.

Vivan en paz.

Cuando llegue la muerte,

habrá ligera tristeza pero,

de igual modo, habrá basta felicidad.

 

Cuando muera

no me lloren en máxima tristeza,

lloren en calma entre la maleza.

¿Yo?

Tal vez ya no exista

pero mis letras quedarán,

se leerán cuando yo muera.

No habrá nada

como el que me lean

después de muerto

ya que al no estar y al leerme,

sentirás mi voz

en cada palabra triste.

Sentirás cada momento.

El deslizar de mi pluma

sobre el papel

de cuando yacía con vida.

Al leerme,

sentirás mi corazón latiendo

en tu pecho

al ritmo de mi ausencia.

Sentirás mi amor.

Sentirás mi tristeza.

Sentirás mis satisfacciones.

Sentirás a mi sonrisa muerta.

A mi verdadera esencia evaporada.

 

Cuando muera

quiero que mis letras me lean,

y se sientan satisfechas

de aquel punto final

que para mí 

fue incierto pero descomunal. 

 

Cuando muera

ya no estaré,

pero estará la muerte.

Y al leerme,

acudiré a ti.

Estaré contigo a la brevedad.

 

Cuando muera

se habrán acabado mis letras.

Pero ellas,

me mantendrán vivo en su simpleza.

De alguien

que lo único que dejó, 

fueron 

sus últimas y olvidas letras muertas.

 

JNR

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