Palabra inquieta

Inquieta la palabra

que involucra nuestros labios.

Labios que ya no llueven

en almas de sequía.

 

La marea y el viento

han cesado

en su caos monótono.

Ahora,

todo se ha vuelto calma,

pero una calma amarga

porque donde antes hubo

muchos besos

ahora, solo quedan

vestigios de heridas que provocó

nuestra mutua

indiferencia fría.

 

Ya no hay preocupación,

solo alejamiento.

La rutina de nuestras sonrisas,

ahora,  

les pertenece a otras personas.

 

Se está volviendo

un placer olvidarte.

Gracias y debido

a tus tantas

estrategias tontas de enamorarte.

 

Lo único que te deseo

es que ya no generes

más víctimas

de amor pasajero.

 

Deseo

que te amen bien

y que tú sepas darlo de vuelta

en otros labios,

donde involucres

nuestra olvidada

palabra inquieta. 

 

JNR

Entradas más populares de este blog

Poeta incierto

Mi llorar silencioso

Ángel caído

Incompetente

No me alcanza la vida

Una voz que se ilumina

Sombra de mi sombra

Ira absoluta

Hay libros

Silencio desaparecido