El mar está llorando
La calma suscita al desorden.
Ideas
que tiemblan en la nada.
Agua
que suena a río
en
un mar hecho de nubes,
que
zapatean al viento
en
su trazo perdido.
Ocaso
de ternuras amargas.
Hojas
que crujen en la memoria.
Penetración
crucial.
Líquido
derramado en piel áspera.
Cigarras
en la lejanía.
Palmeras
que se mesen
ante
torsos que se mueven
desnudos,
con alevosía
mientras
cae
el
viento en tus pupilas.
La
arena raspa nuestros besos.
Cruje
la espuma
en
nuestros pies descalzos.
Se
enriquecen las olas
frente
a tus pechos mojados.
Te
ahogas con la espuma
con tu estrecha garganta.
El
mar calla, suspira
y
las gaviotas cantan.
El
ocaso resuena en el paisaje.
Se
pintan
nuestras
ilusiones de rojo.
Se
aquieta la marea,
y
el llanto afila los susurros.
Partimos
en el anonimato
de
no olvidar nuestros labios.
Labios
con grietas, salados.
Labios
sabor a mar
en
soledades húmedas.
El
mar está llorando.
Repitiendo
una y otra vez
en
cada ola chocando
en
la arena el sonido,
triste
y fugaz
de
nuestros besos sabor a sal.
JNR