Utopía minina

 

He salido de mi casa y ya no hay disparos, ahora hay gatos, ya no hay violencia, ahora hay sonrisas. El dinero ya no existe y cambiamos servicios y productos con el único requisito de ser amables. La amabilidad es el nuevo efectivo, quien más amable es, más valioso se vuelve. Ya no hay malas noticias, vivimos en un mundo donde no ocurre nada que nos preocupe. No hay clases sociales, todos tenemos las mismas cosas, nadie aspira a tener más. Se come diciendo gracias, nadie come mejor ni peor, todos simplemente comemos. Ya no hay golpes, hay apretones de manos. Eso sí, hay mucho sexo, hay distintas horas dedicadas al día a tener coito. Y es oficial, como si fuera la hora del recreo, así; las horas de fornicar. Somos un planeta de bien cogidos. A los solitarios, se les asigna un ente de inteligencia artificial designado para querer. Nadie está solo. Y quien no quiera de plano ninguna compañía, no se le obliga a tenerla. También hay personas muy felices solas. Y en la hora del coito, acuden a la masturbación, o se les deja salir temprano del trabajo. Los trabajos siguen siendo los mismos, pero el horario de trabajo solo es de cuatro horas al día, y tenemos tres días de fin de semana. Trabajamos de lunes a viernes, y descansamos sábado, domingo, y el día de reposo. En los nuevos calendarios aparece como: RD, que significa Resting Day. Y a las personas que no quieran trabajar y ser solo amables, se les asigna un oficio ya que tienen mucho tiempo libre, y este empleo es el de cuidador de gatos o perros, o cualquier animal. También todos debemos participar una hora al día a cuidar el planeta. Ya no hay calificaciones en las escuelas, solo cellos de buen trabajo y vuelvo a intentar. Ya no hay: “échale ganas”, ya hay especialistas disponibles a cada hora del día a la salud mental. Se van turnando para tener sus horas de coito y de cuidar el planeta. Todo el mundo tiene acceso a todo, no hay nada oculto, el gobierno dejó de existir como aparto. Todos somos el gobierno ahora. Las personas duremos hasta los 150 años. Y solo llegamos a lucir ligeramente canosos y con pocas arrugas hasta el final de nuestros días. La medicina ha evolucionado mucho, con la tecnología, no hay armas, ya solo hay gatos. Que lamen y lamen... 

¡Despierto! Oh no, por qué tuvo que ser un puto sueño. Mantecado quiere que lo alimente, es tiempo de empezar otro estúpido día.

 

JNR

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