Ya nadie me espera
El cuerpo retoma su forma.
Las
palabras han cesado.
Ya
no hay más pestañeos.
Ni
versos improvisados.
Fui
un conquistador
de
múltiples maneras.
En
la incesante búsqueda
de
un poema empoderado.
Pero
solo provoco risas…
Ante
mi nula seriedad.
Aquella,
la de no indagar.
En
palabras bellas…
En
palabras bonitas…
Fui
el ingenuo aferrado.
Ese…,
que llora y tiembla.
En
la oscura niebla.
De
un paisaje lleno de tierra.
Grandes
son las bocanadas.
Me ahogo en la tormenta.
No
hay testigos.
Solo
mi muerte es la que reza.
En
el viento se escucha
la
fugaz y frágil sentencia.
Esa,
la que nadie profesa.
Venimos
del polvo,
y en polvo nos convertiremos.
Pocas
son mis lágrimas
ante
las palabras mudas.
Escribo,
pero ya no hay sonido.
Ya
no hay refugio
en
la armonía de mis latidos.
Hoy
grito, pero nadie acude.
No
tiene caso.
El
mundo siempre fue cruel.
¿Qué
sentido tiene?
Repetir
mi nombre
Una
y otra vez.
Si
ya nadie espera nada.
Ya
nadie me espera.
Y
cuando esperen…
Yo
ya habré partido.
JNR