¿Por qué me besas?
De tus sanos besos
nace
una voluntad
que
me sabe a refugio.
¿Cuántos
pestañeos
guardarán
tus labios?
¿Y en cuántos labios
se depositarán
nuestros pestañeos?
Labios
tan míos
como
tuyos.
Intuyo
la
fragancia en una esencia
que
desemboca en dos bocas,
que
se rompen y reparan
en
un constante arrullo.
Donde
nuestras lenguas
no
entienden de propósitos.
Propósitos
que fueron
hurtados
en suspiros ajenos.
¿Por
qué me besas?
Si
esos besos que me das,
ya
no son míos.
JNR