Suspiros callados

El tiempo muestra

que la suerte no afrenta

ante la muerte suculenta.


Yo nací perdiendo

y nadie perderá

el día en que yo perezca.

 

Tiempo y muerte.

Muerte y tiempo.

Simple y llano cuento funesto.

 

La hierva crece dentro

de un alma seca

pero que todavía

puede dar frutos con alevosía.

 

La muerte canta a la distancia.

En su clásico tono de elegancia

con sus finos coros

de cruel desesperanza.

 

¡Qué brutal tristeza!

Que cuando llegue la muerte

los sonidos se desvanezcan.

Dejando a mis suspiros callados

y eternamente pasmados.

 

JNR  

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