Ya no tardes

Me ataña nuestro vacío  

tras las huellas de caricias

en la intensa lejanía

sobre manos orquestadas

brotando de notas que agonizan.  

 

Soy como el niño conmovido,

alebrestado por el deseo

de recorrer la juguetería entera.

Y no es que cuando piense en ti,

lo asimile como a un juego

o a un objeto para el juego.

Sino más bien, esa ilusión…

de zacear mi afán más grande

de querer estar contigo.

 

¿Quiénes somos

cuando no estamos juntos?

¿En quién me convierto

en esas tantas despedidas mías?

 

Los floreros están vacíos,

envueltos en polvo terroso.

Cae la tarde y tu nombre

se torna cada vez más borroso.

 

Soledad mía

y extrañeza perdida.

Ven cariño, ya no tardes.

Ya que se me escapa la vida.

 

JNR

Entradas más populares de este blog

Poeta incierto

Mi llorar silencioso

Ángel caído

Silencio desaparecido

Incompetente

No me alcanza la vida

Una voz que se ilumina

Ira absoluta

Hay libros

Soy autista