El mundo esta enfermo

 

Me siento como un pescado invisible en medio de un lago rodeado de pescadores que fingen pescar y fingen estar hambrientos. ¿Por qué escribir palabras tristes en un mundo donde todos aspiran a ser enteramente felices y a aparentar la felicidad? ¿Cómo será mi muerte? ¿Será pacífica o de manera violenta? ¿Será justa o injusta? ¿Será épica o muy estúpida? ¿Por qué se siente como si todo estuviera mal con las personas? ¿En qué momento nos dividimos tanto? Blancos, negros, ricos, pobres, ignorantes, intelectuales, ateos, religiosos, homosexuales, heterosexuales, mujeres, hombres, etcétera. ¿En qué momento dejamos todos de ser humanos? Incluso, nos creemos más que otros seres vivos: los animales. Los explotamos a nuestro antojo, destruimos ambientes naturales. ¿Por qué actuamos como si tuviéramos otro planeta de reserva? ¿Por qué existen las guerras? ¿Por qué hay personas tan violentas? ¿Por qué existe el narcotráfico todavía? La utopía de un mundo pacífico se percibe cada vez más al mundo de la ficción. ¿Por qué escribir? Si ya muchas personas ya no leen o no tienen acceso a la lectura. ¿Por qué ser un escritor en un mundo donde ya solo se leerán a escritoras? (Lo cual lo veo adecuado, ya se han leído por mucho tiempo a hombres casualmente blancos) ¿Por qué dedicar mi vida a la escritura en un mundo donde comprar un libro se ha vuelto absolutamente fetichista? Ya solo importa que el libro luzca una portada agradable a la vista y en fotografías nos dé un código social de personas “intelectuales”, mientras leemos en la playa. Las ventas importan más en un mundo donde ya no se lee los libros y no se cuestiona al autor o autora. Solo importa tener el objeto deseado que todos tienen, y si se llega a leerlo, que sea solo sean temas superficiales. Hoy las escritoras y escritores son empresas de sí mismos. Uno debería solo dedicarse a escribir libros y no a hacer una marca de nosotros mismos para actuar en cada evento público, entrando así, en el papel de vendedor que solo ve a sus lectores con un signo de pesos en el rostro. A las escritoras y escritores ya solo les gusta que su lector tenga su libro y no lo lea. Solo voy a querer a mis lectores si compran todos mis libros. Qué difícil sea ha vuelto escribir y ser leído realmente hoy en día. Ya incluso el audio libro no se escucha por completo. ¿Cómo es posible que los que se dedican a “leer libros” y recomendarlos, lean tan rápido tantos libros en una semana? Solo recomiendan libros que estarán en la mesa de novedades y que les regaló la editorial. ¿Qué esperanza queda a un lector que de verdad quiere leer algo realmente bueno para ella o él? Ya solo compran libros que las “figuras de autoridad” o “creadores de contenido” recomiendan y no leyeron del todo. Es como comprar unos zapatos que todos dicen que son muy cómodos pero que nunca han usado. Lamentablemente, vivimos en un mundo enfermo y cruel. Debajo de sus sonrisas falsas yacen solo criaturas hedonistas que solo se dedican a consumir de manera superficial todo a su paso.

 

JNR



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