El silencio grita
¿En dónde está mi cielo?
¡Aquí estaba y ahora no!
¿En dónde depositaron
aquellas nubes frescas?
Mis nubes blancas, tiernas,
grises, negras,
y un tanto
grotescas.
El atardecer brilla de ausencia
por el olvido
de la tarde veraniega.
La que te regalé insistentemente.
Las aves se han ido.
No resistieron la espera.
Mi vista ya no descifra
nuestros susurros al viento.
Se alzan las hojas secas
en un torbellino de tinieblas.
El silencio grita
y la palabra escrita
se vuelve sorda.
El doctor sostiene mi mano,
me comunica:
Has perdido la vista.
JNR