Televisión
El arte de colocar palabras en una hoja en
blanco, que signifiquen y den coherencia a lo que se lee en cada letra que
traspasa entre pupilas de un lector sediento de historias. Es como trazar las
líneas en un lienzo, simulando ese pintar de imágenes preconcebidas; desde la
mente hacia a la pantalla o el papel físico. Televisión, palabra que te remonta
a un objeto. A tu… objeto, que concuerda con tu experiencia de vida y, lo que
concibes en relación a dicha figura material. De ti depende cómo es ese
televisor. Yo solo pongo la palabra, y tú pones la imaginación; construida a
base de recuerdos y presentes que yacen en la memoria de cada individuo. Y es que las palabras tienen poder cuando se
combinan, por ejemplo: Televisión y sexo. Televisión y asesinato. Televisión
apagada, totalmente en color negro. Forma y color de una sombra que mira. Que
te mira cada vez que apagas el televisor. Esta ahí, aunque no la veas per sé. Televisión
y muerte. Lenta y progresiva muerte. Muerte de neuronas, creadora de ideologías,
gustos y disgustos. Risas y tragedia. Entretenimiento intelectual o entretenimiento
superficial y vacío. Televisión subversiva. Televisión reprimida. Televisión al
que no le importa si estas muerto o con vida. Objeto inanimado. Electricidad preconcebida.
¿Quién manda a qué? ¿Qué manda a quién? Casa, sin… televisor. Escenario
ficticio. Escenario comprometedor. Las letras nos unen, y las letras nos separan.
Yo escribo sin parar, y tú, te vas de mis letras, así, sin más. ¿Usaste tu
imaginación o te desesperaste en el intento de su consumación? Aparato maldito.
Te ha hecho lento, sin escenas lúcidas y tan llenas de vida. La televisión
manda y oculta tu imaginación. La destruye poco a poco. No la mires, intenta
matarte. Corre, o lee. O lee mientras corres. El televisor estará ahí…,
esperando a que regreses. A que lo enciendas. Para así, no apagarse nunca…
JNR