Esperanza humana
Soy la humanidad
desasiéndose
en un
individuo
que
carece de apego
hacia
la esperanza humana
entre
millones de latidos
derrumbándose
sobre
mi espalda rasgada.
Los signos
de un pulso
herido,
retumban
con
cada lágrima no limpiada
sobre
mi rostro fúnebre.
La
tierra nunca descansa,
pues
avanza;
disimuladamente
sobre
mi piel descalza
que
poco a poco
se va
volviendo
ceniza
negra que arrastra.
Son
tus brazos
los que
me ignoran.
Son tus
deseos
los que
me devoran.
Ya
nadie se interesa
por mi
alma destartalada.
Las flores
asoman
su esencia
sobre
mi hueco pecho.
Blancas
y con espinas.
Mi ataúd
rechina,
pero
nadie se asombra.
Solo
es la muerte
sosteniendo
mis restos.
No es
el fin,
pero
el comienzo llama.
No desesperen,
no se alarmen;
que,
de este sueño,
ya
nadie
podrá
despertarme.
Por
fin termina
mi bendita
fe cansina
en la
ciega y desesperada:
esperanza
humana.
JNR