Lo humano
Al otro, le fascina resaltar nuestras
equivocaciones, pero no le gusta auto evidenciar sus carencias argumentativas y
discursivas. Últimamente ronda en mi cabeza el pensamiento o reflexión, o más
bien las preguntas: ¿Qué es lo humano? Y ¿qué nos hace humanos? Somos ese
personaje que actúa ante el devenir incierto, actuando así una actitud positiva
de hallarnos de buen ánimo ante una cantidad descomunal de caos en nuestros
pies. Ese humano que finge sus sonrisas, ese, al que le gusta mentir para
convivir. Ese, al que, teniendo dinero, le preocupa no tener el suficiente. El
sistema (creado por humanos) está hecho para competir, como individuos y como
individuo. Cada vez se exige más de nosotros mismos. Dejándonos o reflejando,
nuestra falta de humanidad. Y es que ni sabemos a qué venimos al mundo. Solo le
damos valor a lo que a otros se les ocurrió darle valor. Dinero, religión,
estilo de vida, etcétera. Y es que es muy fácil creer en lo que no se puede
comprender. Es muy fácil creer en el dinero o en Dios. Es tan fácil consumir lo
que todos consumen y ser un títere más. Estamos alienados y enajenados. Somos
una suma de aprobaciones vacías carente de rumbo individual. Vamos a donde va la
masa. ¡Qué fácil se ha vuelto no cuestionarnos a nosotros mismos y a lo que nos
rodea! A ese otro, al que no le importamos. El gen de la cacería es nuestro
mayor logro y nuestro camino hacia una pronta extinción. ¡Qué grato se ha
vuelto el desterrar a lo que no simpatiza con nuestra manera de pensar! Lo
otro, lo diferente, “si no estás conmigo, estás en mi contra”. El mundo se ha
vuelto una vorágine de etiquetas, grupos, bandos, ideologías que no buscan el
beneficio de los otros, sino el de uno mismo. Somos un gran cúmulo de orgullo y
egolatría. Que cuando nos llegue la muerte, lo humano, lo propiamente humano,
será ese arrepentirse al final de la vida. Aunque no dudo que habrá quien no lo
haga en pleno lecho de muerte. ¿A quién o qué se le ocurrió inventar la
humanidad y lo humano? Somos animales disfrazados con trapos y llenos de materialismo
que nos “da valor”. Yo blanco, soy más, yo europeo, soy más, yo con dinero, soy
más, yo teniendo, soy más. Y es que ese soy más, no piensa en el ya no soy más.
Que bien le haría hallarse frágil siendo más y hallarse en ese dejaré de ser
más para volvernos polvo en la nada.
JNR