Mi corazón adolece
Me estoy convirtiendo
en un
contagio de espinas.
Hay sangre
al contacto
sobre mi piel cansina.
Las
lágrimas mueren
junto
con las rosas
que
sostengo marchitas.
Mi
fatiga es fija,
¡cada
vez más diluida!
Es
lúcida y cristalina.
Mi
reflejo me aborrece.
Junto
con mi nombre;
mis
apellidos callan,
como
calla mi ausencia.
Mi
corazón adolece
en mis
heridas rasgadas.
Hoy mi
llanto prevalece
donde el suicidio llama,
pero con cada idea de finitud:
Mi esperanza brama...
La sangre aun corre,
y así el suicido calla.
JNR