Cae mi ausencia
Sin prisa
contemplo
delirante
mis
palmas manchadas
en
el tímido curso del papel
sobre
la delicada y fresca tinta;
donde
persisten, mis ideas
más
temibles, descabelladas
y
tan forzados
delirios
sin prisa.
Cae
la noche
entre
mis ojos cansados;
desvelados
entre mantos
de
ideas postergadas
que
se estancan
entre
el humo de la niebla
socavando
así,
mi
nombre al filo
del
fuego extinto de la vela.
Cae
la brisa
y
junto con ella
se
desvanece el viento.
Un
viento que
ya
no conmueve
ni
a los pétalos,
ni
a las raíces,
ni
a las espinas
de
rosas marchitas.
¿Quién
socavó nuestras almas?
Entre
penumbras y resplandores.
Entre
marejadas y extintas llamas.
Entre
velas que se apagan
de
manera brusca:
Se
van desvaneciendo
mi
alma quebrada,
más
mis letras asesinadas
para
que mueran
y
ya no renazcan.
Cae
la vida
y
junto con ella
el
nombre de mi ausencia.
JNR