Hay libros que te llaman, hay libros que te ignoran, hay libros que aguardan, hay libros que te rechazan, hay libros que te buscan desquiciadamente, hay libros que huyen de uno mismo, hay libros ocultos, hay libros a simple vista, hay libros viejos, y hay libros nuevos que se harán viejos. Hay libros de colores, hay libros sin portadas. Hay libros que se empiezan con entusiasmo, y hay libros que se abandonan con tristeza y enojo. Hay libros calculadamente acomodados, hay libros intencionalmente desordenados. Hay libros que huelen bien, hay libros con plagas bacterianas. Hay libros amarillentos, hay libros enteramente rayados. Hay libros efímeros, hay libros que parecen eternos. Hay libros gruesos, hay libros sumamente delgados. Hay libros que demandan concentración absoluta, hay libros que se acaban como el agua escurridiza. Hay libros en la punta de las torres de papel, y hay libros que yacen hasta abajo. Hay libros que saltan, hay libros que nunca se mueven, siempre están quietos. Ha