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Mostrando las entradas de agosto, 2022

Consumo

El camión es un exceso del yo. Prisa por ir. Prisa por regresar. Prisa por tener. Prisa por gastar.   Consumir, ahorrar, consumir…   Prisa por ser. Ir, regresar, ir, regresar…   Borregos en filas; esperando ser trasquilados en sus ideas independientes. Todos iguales, ordenados por su bien: dinero.   Hacer que la población crea en la crisis económica para que trabaje de más.   El trabajo es el nuevo Dios.   JNR

Somos

Somos juntos; un latido. Un latido que prospera, entre batallas y alianzas, sobre desgarres y anhelos, más caricias de febrero.   Somos un pulso afinado que retumba en distancias. Donde en nuestra lejanía vibra un solo suspiro, creado de añoranzas.   Somos venas que se enlazan sobre disgustos calcinados; apaciguados por la dulce escarcha de húmedas y frívolas pasiones.   Somos el ser y la nada; Soñando descalzos y pisando nuestros más tachonados versos sobre lienzos que desgarran nuestras más desposeídas almas.   JNR

¡Cómo tenerte nostalgia!

Y en tantos silencios míos, madrugaron tus recuerdos. La noche se suicido junto con mis suspiros. La desesperanza aletea en su nido de desvelo.   Finalmente, cruje el cascaron y se asoma tu soberbia. Llegaste y te marchitaste, robándote así; mis ingenuas promesas.   Los árboles ya no cantan y las aves ya no bailan… ¡Cómo tenerte nostalgia! Si todo este tiempo tu inteligencia fue falsa.   JNR

Nostalgia

  Hoy creí encontrar tu verdadera sonrisa en una vieja y empolvada fotografía. El preámbulo de una sonrisa que ya no destella en sus hilos radiantes de confort hogareño. Las nubes yacen más quietas desde que tu partida fue sentenciada. Hoy, ya no corren, y ya no danzan en aquel ocaso donde alguna vez suspiramos ante un futuro de ingenua esperanza. Los felinos del hogar ya no perciben tu ausencia, solo vagan sin rumbo como buscando algo que saben ellos no van a encontrar de manera precisa. Más, sin embargo, tu aroma persiste en cada una de tus prendas guardadas y un tanto empolvadas; del tiempo que se lanza arrogante frente a la vida que es frágil y no perdura en demasía en esta vida. ¿Cómo no recordarte si no me siento útil frente a tu recuerdo? ¿Cómo superar la ida de tu mirada cálida que embriagaba a mi corazón latente? ¿Dónde y en qué labios ahora voy ahogar mis suspiros de melancolía? Superando voy poco a poco lamentando mi falta de inacción frente al hilo de tu muerte lenta que fu

Espero estar ahí

Espero estar ahí cuando el viento ya no sople. Cuando el polvo ya no se incruste en tus ojos bellos. Abrazar nuestra ausencia y besar tus labios entre nuestros sueños lúcidos.     Quisiera estar ahí cuando también la finita hora llegue.   Probar tu último aliento. Contemplarte en ese último suspiro y sostener tu último pulso.   Ver tu mirada perdida, sin brillo, sin alma, sin vida.   Probar tu última bocanada de aire sobre tu boca.   Quisiera estar ahí cuando no estés, cuando dejes de ser.   JNR

Fe en la muerte

   Dejar de ser, ¿qué implica dejar de existir? Dejaremos de tener ese cuerpo que tanto nos afanamos en cuidar y prosperar. Dejaremos de sentir ese instinto de super vivencia y alimentarnos cada día. Dejaremos de sentir sed, deseos, sueños, malestares, penas, alegrías. ¿Quién nos recordará cuando ya no estemos, si los que nos recordarán también morirán? A ellos también necesitan recordar. En mil años nadie sabrá que alguna vez existimos. ¿Qué lenguaje usarán? ¿Habrá humanos de carne y hueso? ¿Seguirá existiendo el lenguaje? ¿Por qué escribimos si posiblemente todas las letras terminarán siendo nada? No es que al escribir se asemeje a construir con ladrillos la pared más alta, sino, terminarán siendo palabras que trasciendan ciertas generaciones y se vayan perdiendo con el paso del tiempo. ¿Qué será de los viejos clásicos de la literatura cuando los nuevos clásicos de hoy sean los viejos clásicos del mañana? Y es que, ¿qué implica dejar de ser? Ya no habrá pensamientos, los que nos lleg

Tiniebla

Soy viento y también…, soy polvo. Soy rostro vagabundo. Calamidad constante que come y traga; carne y sangre de un seno agonizante. Las tinieblas alumbran el reflejo retorcido de la luna distante, bajo el llanto de tu boca. Penetración alarmante en el atroz baldío, donde la carroña arde. Soy… el espíritu esparcido entre crucifijos  roídos que anhelan el pecado. Soy… el eterno desvarío. El susurro que calla. Más la alegría guardada. Soy el dilema aborrecido. La caricia ingenua dentro de la pupila ciega. Soy lo que todos niegan. Soy la poesía que nadie dedica. Escribo en la noche mientras todos sueñan. Yo sueño despierto, entre el infierno y maldiciones. Soy al que no quieren, y solo leen, entre labios perfectamente sellados. Soy lo que soy… Y soy lo que dejará de ser. Soy el último destello de agua en el pozo seco. Soy la noche y el olvidado atardecer.  Ya me voy...  porque soy tiniebla.     JNR

¿Dónde están mis pajaritos?

¿Dónde están mis pajaritos? Si los dejé volando un ratito. El alpiste se ha agotado. La jaula continúa abierta junto con mi esperanza; que pulsa y desemboca sobre el agua fresca. Ya no silban mis pajaritos. Ya no resuenan sus aleteos. Un aleteo ausente que se acuña sobre la melancólica melodía. Se han ido mis pajaritos sin la tierna despedida que visualice entre suspiros. Mis lagrimitas ya no refrescan con cada uno de sus cantos que son silbidos ahora sordos, ahora mudos… ¿A dónde se han ido mis muy queridos pajaritos? ¿Dónde están sus colores? ¿Qué será de sus albores? La jaula ya no se tambalea en la ausencia de sus danzas de alegrías y rabietas. ¡¿Dónde están…?! Se han ido, así; sin complicadas despedidas. Se fueron silbando… Se fueron volando… Solo me dejaron su jaula. Y me encerraron con ella en mi eterna soledad que voy entonando.   JNR