Proyecto Afrodix

 

Nuestro gran descubrimiento comenzaría en las frías y lejanas lunas del sistema Titan. En un milenario castillo de hielo; donde en sus aposentos, resguardaría antiguos pergaminos un tanto olvidados y llenos de grandes historias ocultas, resguardadas dentro de un gran cofre polvoriento. De lo más destacado y mejor cuidado al abrirlo, sería un título asiduo a nuestra principal atención: El proyecto Afrodix.

Tras una de las tantas infidelidades del rey Zeus; la reina Dione, llena de fulminante hartazgo, castraría al gran rey con su gran y filosa espada de fuego mientras intimaban. La reina estaría harta de todos los hombres; desterrando así, a todos ellos a un sistema todavía más lejano y carente de luz. De este acto, nacería Afrodix, de sexo masculino; pero, de alma femenina y de sangre guerrera. Esta…, es la historia de la primera guerrera transgénero de la galaxia Orión.

Afrodix crecería en un constante intento de mostrar su valor a su reina.

—¡Soy más que un simple hombre, madre! Y te lo voy a demostrar.

La gran descendiente de la reina Dione, montada en su gran corcel plateado de inmensas alas blancas. Batallaría con gran ahínco y saldría airosa de grandes y diversas contiendas contra distintos y correosos hombres; que insistirían en ocultarse dentro del reino y en planetas errantes cercanos al planeta Venus.

En el aislado reino de los hombres escasearían importantes cantidades de guerreros gracias a Afrodix y a su gran valentía. En su última y desesperada pieza, los hombres mandarían un gran halcón hecho a base de hielo zafírico. Incapaz de ser atravesado por las grandes y filosas espadas de fuego. La batalla sería cruel y sangrienta. El último hombre en pie, caería, sobre los escombros del gran halcón hecho añicos por la gran fuerza de Afrodix. Su madre, su reina, estaría orgullosa de ella. Pero Dione, no podría aceptar del todo su victoria sobre los hombres al recordar que Afrodix no era del todo mujer. Arrepentida, mandó castrar a Afrodix. Ella, moriría desangrada en su habitación. Su cuerpo, en su mayoría, sería llevado a un planeta lleno de majestuosas y monstruosas olas de agua. Pero no todo estaba olvidado, las científicas de la guardia real, guardarían genes de Afrodix en una capsula diminuta, encerrada así, en un cofre desterrado hacia las lunas del sistema Titan.

Hartas del reinado de la dinastía Daione, yo y otras rebeldes, emprendimos la misión de restablecer un orden revolucionario. En el cofre, yacía un sistema operativo que decía lo siguiente: Insertar genes. A continuación, la pequeña pantalla verde del cofre nos ofrecería la opción de ejecutar proyecto Afrodix: Aceptar o cancelar…      

 

JNR

Entradas más populares de este blog

Poeta incierto

Mi llorar silencioso

Ángel caído

Silencio desaparecido

Incompetente

No me alcanza la vida

Una voz que se ilumina

Ira absoluta

Hay libros

Soy autista