Déjame

Dame un minuto de tu silencio.

Déjame decirte cuanto te amo

con mis más tiernos parpadeos.

Déjame sincronizar la razón

sobre tu pronunciado aliento.

En la noche santa

y en la divina mañana.

Déjame bañarte,

déjame enjuagarte,

déjame purificarte.

Abrir de par en par

el Mictlán de mi pecho.

Deja alimentarte.

Déjame decirte

las palabras más bonitas.

Déjame acostarte,

Déjame sentirte

y contarte mi vida al oído.

Mi vida y la tuya

sobre la marea negra.

De lo fugaz vivido.

La piel se arruga

y las lágrimas ya son pocas.

Déjame sentir tu frente fría.

Y marcharnos juntos al olvido.

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