Dichoso

Sin vida y propenso,

gasto el esfuerzo

en un gustoso momento.

Dichoso el viento

que se eleva venturoso,

muy alto y satisfecho.  

En la divina

y agazapada desdicha,

que encuentra

dichosa y convertida

en una mirada caprichosa;

envuelta en la palma,

bien vivida

que alguna vez clamaba

en un silencioso pentagrama,

en aquella tuya y linda alma.

Simbolismo caprichoso,

siempre mío y rencoroso.

Sucio se ha vuelto el rostro

que devuelve aquel espejo roto.

Vaya cinismo puro
aquel que aclamas como tuyo.

Entre abandonos y barullos,

se cae la venda en grumos.

Despertando así,

mi fugaz manera de irme sin ti.

Ya no lloren viejos más por mí.

Que a donde voy yo.

Me acompaña dándome una palmada,

la reconfortante mano bien ganada.

Más el abrazo de una vida dada.

Aquel creador que la vida aclama.  

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