Violencia poética

 

Sombría lejanía semántica.

Disturbio de verborrea perene.

Desgaste de adverbios cautivos.

Ritual gramático de lo íntimo.

Forzada estética por los sentidos.

Escarcha asintomática de signos.

Rima colérica subversiva.

Incomodidad de adjetivos marinados.

Cacofonía errática y enquistada.

Abusada crítica malinterpretada.

Casposa entonación aguda.

Inspiración repetitiva dramatizada.

Impotente prepotencia arraigada.

Bajeza de deidades cautivas.

Sintaxis gramatical roída.

Vulgaridad textual expuesta.

Falsas éticas de interés poético.

Fragilidad ante la ausencia de lectura.

Lucidez de plástico encarnada.

Cuánto Neruda hay en mi Borges.

Y hay un exceso de Borges en mi Paz.

No soy del siglo de oro ni renacentista.

Soy un error de reglas prescritas.

Soy la poesía exagerada.

Soy la exageración de pretensión.

Soy el incrédulo experto.

Soy el musgo seco devorado,

por esas enaltecidas vacas sagradas.

¡Qué fácil es criticar!

Cuando se escribe desde la comodidad.

JNR

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