Amor impertinente
Confusos y desobedientes
son
los amorosos risueños.
Que
ríen sonrientes por debajo
de
un cosmos que sabe sábanas.
Sentir
tu sonrisa en mi rostro,
incrustada
en alientos cortos.
Sentir
tu mirada en mi mirada.
Nuestros
besos se volvieron capas.
Nuestros
suspiros se volvieron íntimos.
La
intimidad de hallarnos expuestos.
El
aire de la desnudez nos corrompe.
La
luna ilumina nuestros labios.
Nuestros
labios iluminan la vida.
Amor,
motor universal.
Comensales
expertos de latidos.
En
tus latidos van también los míos.
Entre
sombras nos iluminamos.
Entre
el goce nos evaporamos.
Nadie
sabrá nunca lo que no fue.
Y
todos sabrán siempre lo que fue.
Ruines
y valientes, nos apodaban.
Tiernos
e indecorosos, nos gritaban.
Nuestro
tierno amor en el vendaval.
Extenso
en nuestra separación fluvial.
Fueron
bastas las caricias.
Fueron
escasos los te amos.
Se
alzan al fin las sábanas.
Y
con el tiempo desobediente,
sólo
quedaron nuestras cenizas,
las
de un amor impertinente.