Mar negro

Racimos diluidos en un mar negro,  

más los embrollos fortuitos de armas.   

El alba ebria de cientos de olas negras.  

Búsqueda de una sombra en lo eterno.  

 

La piedra ha sido arrojada…

La herida se va haciendo más profunda;

más expuesta, más ensangrentada...

Las voces desaparecen en mi garganta.

 

Un sueño que nunca se dio.

Una realidad consumada en sueños.

Lúcida sensación de pestilencia,

sumida en barcos que no navegan.

 

La gran serpiente esparce su veneno.

El cielo comienza a desgarrarse.

Tus caricias lucen más lejanas.

El adiós de un cuerpo difuminado.

 

Las criaturas marinas me abrazan.

La superficie se va tornando borrosa.

Los dientes como cuchillos se hunden,

sobre un cuello que nunca se posó en ti.

 

No hubo discursos, no hubo palabras.

Solo una tierna mirada que volteaba.

Solo un suspiro de mil encuentros.

Encuentros de tesoros sobre el mar.

 

¿Mi error...?

Enamorarme de un pirata.

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