Palabra injusta
¡Qué injusta, la palabra!
¡Que
no alcanza
al
pecho donde vaga el alma!
Injusta
es la hora marcada;
la
que brota en pulsos,
deshonesta
y mal lograda.
Palabra
pálida, deslumbrada…
vuelta
injustamente injusta.
Destartalada
se asoma
y
un tanto atolondrada, ya casi
como
si no deambulara nada.
Aire
injusto donde promulgas
tu
basto busto de canalladas.
¡Qué
injusta es la voz que callas!
¡Ese
maldito silencio que propagas!
Y
es que tú haces sombra la palabra.
Sombra
quieta que falsea y comulga
destellos
de palabras viles e injustas.
Justicia
justa abnegada y desalentada
yacen
tus gestos vacíos de palabras desdichadas.
¡Qué sombras tan injustas que nadie habla!