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Mostrando las entradas de septiembre, 2023

Lo nuestro

Es la luz que apagaste, el tiempo que ya no existe, la eternidad perdida, los juramentos al aire, la taza de té amargo, nuestros rituales gastronómicos, los buenos consejos ignorados, las caricias que no quisimos, la luna llena que no miramos, las empatías no dadas, las cartas inexistentes, el cansancio de nuestras miradas, los orgullos afinados, las manos ocupadas, el infantilismo mutuo, las metas de otras personas, la presión de los amigos, el no esperar, el no rogar, los silencios largos, las canciones de olvido, las terceras compañías, las soledades deseadas, la muerte de ambos…

Ruega por mi alma

Ruega por mi alma, simple y llanamente. Arroja pétalos benditos. Deséame un llano bienestar en donde el alma se esparce y donde la tierra huele a muerto.   Ruega por mí, por mis desdichas, por mi apatía hacia lo sagrado. Esparce mis cenizas delicadamente, siembra rezos y mis recuerdos vagos.     Arrójame mezcal, mi sabor deseado. Vida de mi sangre, mi sangre tersa. Siembra el nopal cerca del pozo santo. Ruega porque no pierda el silencioso paso.   Ruega por mi alma y mi corazón ausente. Ruega por mi gente, gente que me quiso fuerte.   Ruega, te lo imploro… Ruégale a la lluvia y a la flor, a lo que amé y no me amó, pero ruega por mi dolor.   Ruega por mi alma, porque cuando tú mueras, nadie nunca más lo hará...

Un deseo

Como un despreciable y último esfuerzo, me he propuesto; cansado y en constante duda, una ilusión, un último deseo sacado desde lo más íntimo de mi pecho. Ese anhelo, ese suspiro interno que me ha carcomido desde la aparición de mis sentidos. Me siento hambriento y sediento de culminar dicho deseo. Un deseo emergente desde la soledad, no una soledad adulta, una soledad que ha permeado desde la niñez. Un tierno deseo olvidado por esa inútil persecución de llevar una vida normal, esa aspiración burda de fingir que el dinero no lo es todo, pero ir tras él de manera recatada y con una dignidad hecha de papel. Me siento un síntoma que nadie mira. Un síntoma del que nadie sospecha, me siento enfermo de creer que puedo ver al duende. Me siento verde de la náusea Sartreana, tengo vómito de tanta ideología política, religiosa, filosófica, literaria y de género. La rutina me ha crucificado en una cruz de ansiedades: ser, hacer, complacer, demostrar, dejar huella, tener, tener y sentirme más que

La vida, la muerte, el pacto, las batallas...

La vida, la muerte, el pacto, las batallas, el ciego, los testigos, el alma, los conventos, la niña, los sirios, el féretro, los velorios, el desapego, la cuchilla, el rezo, las plegarias, el alivio, la impotencia, los olvidos, los demonios, la soga, los sumisos, el incienso, el desgaste, la seducción, el asesino, el velo, la sangre… Desahuciada, calcinada, expuesta, rígida, volátil, joven, catorce, masacrada, moretones, heridas, órganos, pistas, uñas, semen, huesos… Sangrando, ardiendo, muriendo, desgastándose, apuñalando, planeando, siguiendo, revolcándose, agonizando, arrodillándose, inmutándose, sufriendo… Antes, ella, él, ahora, unidos, dentro, certeza, víctima, violación, tanta, tan adentro, debajo, acoso, cercanos, para siempre, sueños, recuerdos, demasiados, ¡demasiados!... Lo siniestro, lo santísimo, lo legítimo, lo robusto, lo caluroso, lo callado, lo asfixiante, lo húmedo, lo fatal, lo único, lo virginal, lo purísimo, lo retorcido, lo satánico, lo palpable, lo intocable…

Miguel y Bárbara

Miguel toma su gasa. El dos ya no es dos y el siete ya no es siete. Bárbara ahora es Barbie, y Miguel, alias la “Rata”, ahora se autoproclama: “Mickey el Mouse”. De ser el ladrón más prolífico de la colonia ahora es campeón de mnemotecnia. No sólo es un maldito genio, también, multimillonario; es un experto en apuestas y en juegos de casino. La mitad de su dinero lo invierte en su esposa para que luzca, literalmente, como una muñeca. Ya no pertenece al mundo de los mortales; su mirada ahora es de orgullo y mira hacia abajo a todo a quien osa dirigirle la palabra. Miguel remoja su gasa. Ahora puede llevar sus sueños más fantasiosos a la realidad, su caminar es acompañado de grandes vestidos de marcas y trajes de diseñador de alta gama. La gente a su alrededor los mira con asombro. La ley los ignora de manera casi burda. El caminar de ambos es discreto, portentoso, elegante, tambaleante. La dama toma una revista de un puesto de periódicos, y se percata de que él y ella, lucen hermosos en

Tinta de mi corazón

Tarde brota mi sentimiento peregrino, complaciente, blanquecino, tan colmado y en derrota. La pintura yace airosa, la pintura yace efímera. Pinto en brochas piedades; las más faustas y llenas de bondades. Mezclo delirios y flores en una tenue aclaración, irrigada en surtidos de colores: Amarillo, violeta, blanco y marrón. Rugen las nubes y se aquieta el rocío en una fosforescencia inerte, descompuesta. El mar se vuelve más umbrío en lo sagaz de su colorida cresta. Cargo un corazón en mis palmas: ¡Vibra, se debilita y ya no pinta, a ras de tierra mis huesos se despintan, transmutándose en un mezcla de llamas! ¡Pinta corazón, ésta última vez, mis letras de amarillo y púrpura, mis versos de azules imberbes, mas mi poesía tíñela de bravura! ¡Ojalá algún día sea complacido, cualquiera lea como se lee una pintura, ya sea engorrosa o presumida, penetre su forma borrosa, contemple los trazos de tinta, una tinta de un corazón que mira!