Varados

Yacen los cimientos de tus olas

en un descontento goce.

Filtrada aguarda la esperanza.

Mi realidad realza tu estupidez.

 

Brota el tedio de mi niñez anhelada.

El júbilo de añoranza despierta las lágrimas.

Algo se siente persistente.

Algo se siente aún más lejano.

 

Fuimos tan despiadados

que los recuerdos ya no tienen forma.

Los triángulos ya no parecen triángulos

y la luz de sol ya no reconforta.

 

Varados

como barcos yacen nuestros labios.

Movedizas

como las manos del desierto

nuestras miradas callan y ya no gritan.

 

La piel ya no se siente fresca,

tus pechos y mi culo ya no son delirios.

La realidad avanza y nos supera.

La entropía nos carcome,

nos vuelve un desequilibrio,

nos vuelve más distantes.

¿En qué momento decidimos

regalarnos soledad?

¿En qué momento la aceptamos?

Nuestra amada realidad… 

J. N. R.

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