Aliento

Por y sobre mi aliento

siempre aclamaré patria.

Con batalla y viento,

la vigorosa libertad

exalta furia y esperanza.

Es mi patria sin banderas,

resuena fuerte al corazón

lleno de duras palabras.

Mi patria no es tierra,

sino divina poesía.

Late mi eterno enfado

y en mis versos descansan

gestos nobles sobre la vida.

Hago alianza con la derrota

vistiéndome de polvo.

Palpita el puño firme

sobre la pluma clavada.

Soy testigo y cómplice,

destierro el desencanto

y agito las pulsiones

de un frenesí herido.

Bombea la ira de tiempo.

El tiempo otorga

venas blancas de viento

que me sopla a la cara,

confiriéndome patria ciega.

La poesía me regala tiempo

no es más que cortesía,

pues la palabra es el fuego

que arde sobre la herida.

Me agito y siento furia.

Gritaré y gritaré:

¡Dios mío, oh mi Dios!

¡Escucha mis palabras!

¡Te ruego vida,

te ruego patria!

¡Te ruego versos sobre mi rabia!

¡Le ruego al viento

un poco más de aliento!

¡Es bella la patria

donde cantan las palabras!

J. N. R. 

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