Anda

Anda, desquebraja el llanto,

sin penas, ni desagrados,

bota el balde quebrado, anda.

Llora a las nubes en quebranto.

 

Mira cómo se rompe el cielo

bajo el manto acuoso del despido.

Termina, yerra, suplica las heridas.

Deja que un rayo te parta, anda.

 

Desprende las riendas tensas.

Apremia al viento mientras rema

en su ungüento de cura, y, pienso,

ya no vuelvas, ve derecho, anda.

 

Se ha roto el cuadro, aguarda

a que las sombras se arrastren

en busca de tus heridas. Resguarda

a tu madre que ya no está, frena.

 

Desgasta bien tus armas,

que son balas al aire; descontroladas.

Raspa las balas que te espantan.

Deprisa la tormenta asienta, canta.

 

Ampara las venas dentro

y concede a tus sacios mareos.

Anda, la marcha te abriga

a donde no silban los vientos,

a donde no habrá escape, 

a donde sólo habrá ausencia, anda.

J. N. R.

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