Confía

Resguarda al frío viento
que es envidiosamente mío.
Resucita al niño muerto
que está ligeramente dormido.
Desvanece al oleaje
que es salvaje y tímido.
Respalda al anciano olvidado
por su distanciada familia insana.
Recuerda a los pájaros que cantan
nuestro nombre entre las ramas.
Rememora al pasado algún pueblo
que decidió nunca mirar atrás.
Adopta una nube como templo fugaz.
Revive el sueño de tu madre
cuando aspiraba a volar.
Cómprate muchos libros
y sobre todo, ¡léelos…!
¡Léelos, maldita sea!
Habla y escribe sobre ellos.
Divulga tu monstruosa curiosidad.
Regálale un libro al que no tiene.
Léele al niño o a la niña que te lo pide.
Pero sobre todas las cosas,
ríe,
ríe,
ríe,
y vuelve a reír
que es lo más sincero que tienes.
Propaga esa sonrisa al deprimido.
Abraza a tu compañera perdida.
Apoya a quien a perdido el juicio.
Dile que la locura acompaña
a los personajes más puros.
Perdónate por todo lo que sientes culpa.
Sé eso nuevo que quieras ser.
Enséñale al mundo tu nuevo yo.
Y sobre todo…
¡No desistas, no desistas de nada!
Funda el camino
de los que no se rinden nunca.
Ignora la incertidumbre
y crea tus propios faros de luz.
Anhela que siempre
nos aguardan momentos buenos.
Guarda estos versos,
te los regalo; son míos como tuyos.
Camina,
corre,
corre más a prisa,
desacelera,
detente,
espera,
analiza,
suspira,
sigue,
sigue,
sigue,
sigue,
sigue,
confía,
ya casi lo logras,
no te rindas.

J. N. R.

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