El asco
Mi
espacio, tu luz, mi encanto.
Mi guardia, tu sed, mi agrado.
Tu piel, mi asfixia, tu asco.
Definidas
se encuentran las palabras
dentro de un cúmulo de vivencias.
Eres la
tarde, mi sosiego, mi alarde.
Somos la noche que se atiende
encima de palabras destendidas.
Mi hogar,
tu espacio, mi llanto.
Mis cadenas, tu ida, mi quebranto.
Mi sonrisa, tu hipocresía, mi paz.
Tu
abrazo, mi paciencia, tu muerte.
Tu ansia, mi sangre, nuestros santos.
Tu sorbo, mi sueño, tu descontento.
La casa
suspira, la respiración se aquieta.
Se tranquilizan lo nervios, las gotas caen.
El
cadáver esparce sus olores.
Los oficiales no sospechan,
quieren irse de una buena vez.
El ave me
mira, y el gato yace ausente.
Tu último grito, tu última mirada fija.
Mi
locura, tu esqueleto, mi maldición.
Tu insistencia, mi desesperación.
Mi apetito, tu hambre, nuestro corazón.
Late,
late, late…
Las gotas
de sangre caen del techo,
una a una, se ven caer.
Cae, cae,
cae…
la piel,
la asfixia,
el asco.
Mi guardia, tu sed, mi agrado.
Tu piel, mi asfixia, tu asco.
dentro de un cúmulo de vivencias.
Somos la noche que se atiende
encima de palabras destendidas.
Mis cadenas, tu ida, mi quebranto.
Mi sonrisa, tu hipocresía, mi paz.
Tu ansia, mi sangre, nuestros santos.
Tu sorbo, mi sueño, tu descontento.
Se tranquilizan lo nervios, las gotas caen.
Los oficiales no sospechan,
quieren irse de una buena vez.
Tu último grito, tu última mirada fija.
Tu insistencia, mi desesperación.
Mi apetito, tu hambre, nuestro corazón.
una a una, se ven caer.
la asfixia,
el asco.
J. N. R.

