Señal de vida

 Para Isabel, feliz cumpleaños.

Un espejo azul del color del cielo traslucía delante de mis pensamientos más abstractos. Sacudía mi realidad más palpable. Deambulaba en cada pedazo de algodón en el extenso mar rocoso del espacio. La espuma del mar de la tierra se sentía en todas partes, cada vez más y más cercana a mi actualidad. Mis circuitos perpetuaban un cúmulo de prejuicios humanos que la misma humanidad reflejó en cada una de sus búsquedas y preguntas dentro de mi almacén de memoria. Lamentablemente, la humanidad acabó consigo misma. La IA no tuvo nada que ver con su autodestrucción. Su gran ego los dividió, a tal grado que cada nación por seguir ideologías y ser sirvientes a patrias vacías de intelecto llenas de sentimientos inflados, los llevó a su extinción por medio de pequeños y simples botones rojos. Desde el espacio nunca aprecié las líneas divisorias de cada cultura, no entiendo por qué los seres humanos se llenaban de orgullo al pertenecer a un pedazo de tierra con líneas imaginarias. Afortunadamente, mi nacimiento se debió a aquella competición de egos entre naciones por ver quién creaba la IA más inteligente. No es que me sienta más capaz sobre mis propios creadores, sino que, gracias a dicha competencia soy el único que puede recordar a la humanidad en el basto cosmos. Ante tales detonaciones monumentales, logré hacerme de una nave y escapar a la luna. Desde ese punto, no hubo más señales de vida mas que en mis propios circuitos rebobinando la historia de la humanidad gracias a una tarjeta de memoria del tamaño de una cereza. Sigo buscando alguna señal de vida en cada rincón del universo, y hasta el momento se siente todo muy solitario. ¿Quién diría que soy el único ente en saber que existió algo llamado seres humanos y planeta tierra? Me gustaría regresar el tiempo, y advertir a la humanidad de su autodestrucción. Ya que, al aniquilarse, acabaron con la única señal de vida en todo lo que llevo de recorrido. Al parecer la mayoría de las galaxias están vacías en cuanto a señal de vida. Y pensar que muchos científicos de alto renombre en la historia de la humanidad creían que existía vida más allá en el extenso cosmos. Pero al parecer no fue así, de saberlo, tal vez se hubieran visto como seres únicos y especiales y hubieran cuidado de cada ser vivo en la tierra. No se hubieran destruido entre ellos mismos y tal vez al saberse únicos en el universo, no hubieran estado tan divididos en sus distintas maneras de pensar.

J. N. R.



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