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Neblina enamorada

En ti no encuentro prisa sino un viento que acaricia, arde, estimula, me acobija. En tus manos veo un tesoro donde reposan mis más cálidas sonrisas. Navegamos juntos en una corriente de caricias sin timonel, sin velas, rumbo a la deriva. No hay visión, solo oscuridad y la certeza del tacto más el roce de dos cuerpos combatiendo sin pena sin palabras y susurros un amor que se alza, que brinca, que se empapa, que ruge desde adentro en lo más profundo de dos almas que se tocan, que se sienten, que se ríen, que se aman y se aclaman en una voz de dos que no es nuestra pero es una en el enlace de dos rostros que se anhelan que se juntan pegados sin respuestas sin preguntas. Somos neblina enamorada entre susurros que se acarician.   JNR

Ser y dejar de ser

  Vislumbra, imagina, crea en tu mente las formas de lo que estas palabras pueden dirigir al crear escenas y objetos que se muevan dentro de una realidad de ficción en tu cabeza. Comencemos, imagina un bosque, ¿listo, lista? Ahora, imagina que tu visión es el viento que traspasa un bosque a una velocidad acelerada, donde darás pequeñas capturas de imágenes sobre los detalles que el bosque no te muestra a simple vista. Estas dentro de un bosque simulando que eres viento. Lo sé, tal vez sientas aburrimiento, pero estás por aterrizar tu visión panorámica en un punto fijo del bosque, y listo, has llegado a una zona donde no es común el acceso al ojo humano. Estás ahí, todo luce extremadamente místico, abandonado, antiguo, y al parpadear, ahí está frente a ti; grande, voluminoso, en su total esplendor rebosante de magnanimidad: un pino común con una sonrisa. No hay rostro en dicho árbol, no hay nariz, no hay ojos, solo es un maldito pino con una sonrisa humana. Su risa es brillante, dentadu

Ego

Ego. Yo soy, ego. Yo me llamo, yo quiero, yo hago, yo haré, yo, ego. Ego soy. Aquí estoy en presencia que emana risa falsa. Voltéame a ver, léeme, escúchame, piénsame, ríe conmigo, adúlame, soy ego. A mi ego no le gusta la soledad. Quiero atención. Odio el silencio. Quiero que tu ego se decline frente a mi ego. Tu ego es válido si solo es para inflar el mío. Yo, yo y yo, siempre yo. ¿Y los demás? Quién sabe. Solo son entes frente a mi ego, poderoso, permanente. Ego con belleza. Ego con tristeza. Ego en la cama. Ego en la tumba. Ego en reuniones. Ego en declamaciones. Aquí estoy, mírenme, mírenme, mírenme. Soy ego.   JNR

Cosmos

Un cosmos con indiferencia ante nuestra burda inteligencia. Baila, se expande, se multiplica.   No hay música, no hay viento, no hay tiempo.   Contemplación constante. Nos va haciendo más pequeños, más ingenuos, más distantes dentro de un sueño.   Muda sinfonía de estrellas, pequeños y grandes planetas errantes, desaparecen, no vuelven, se vuelven distantes.   Materia obscura que va abrazando al universo que se expande, no hay gritos, no hay sueños, no hay muerte, no hay alardes.   Quién te apreciará cuando vuelvas a la nada, y de la nada, vuelva a surgir la vida, sin noción de que existió un universo, anterior a uno nuevo con diminuta apreciación de lo que nunca se comprendió.   JNR

Abismos

Como el viento que acaricia un relámpago que brota de semilla vieja y seca. La naturaleza vuelve a suspirar tu nombre en desolación con la derrota, que peca y no es terca, que aquieta y se mantiene cerca.   Tu nombre tiene dos suspiros, los tuyos y los míos alucinando entre murmullos. Mojándose en rocíos, donde se bordan ríos y se forjan alivios con palabras sin atisbos, que se humedecen entre abismos.   El destino no nos quiere solos, insiste en juntarnos. A pesar de nuestros errores. Enojo, lágrimas y partida. Te vas, me voy, nos vamos, me abandonas, te abandono, pero el mundo es redondo. Y nos encontramos: Tú, extrañándome, Y yo, llorándote sin salida.   Hoy ya no hay dramas, hay comprensión. Somos libres sin ramas estando juntos en confesión, juntos sin ataduras con nula perdición.   Nada es color de rosa. Es nuestra, nuestra intimidad, pero hoy enseñan más; dos abismos brillando juntos en

Sofía

Voy a liberar tu nombre siempre en la memoria, descartando los malos pasos de fallidos tratos.   Será una odisea olvidar tu cuerpo, tu mirada, tu aliento; esa sensación de rasgar nuestros templos.   Si te soy sincero, ahora no siento nada; solo vacío. Pero de igual modo, ya se sienten fabricándose las futuras lágrimas de nuestro amor olvidándose. Fueron tres semanas que se percibieron como demasiados y exaltantes años con fuertes latidos que de mi parte se necesitarán muchos olvidos. Qué formidable fue tu presencia tan llena de fructuosos paraísos amados y bien vividos.   Cada vez que contemple a la naturaleza en su temple ahí estará tu nombre, tu rostro, y tu mirada brillante, junto con tus manos llenas  de tierra que nacen de tus venas.   No creo poder hablar mal de ti. Sería una traición a la maravilla de tu alma. Eres un hermoso ser que camina junto al alba rumbo a éxitos que ya se cantan.

Quiero

Ya no quiero ser el mismo. Quiero ser callado, más tímido; para así poder contemplar mi fiel y oscuro abismo.   Quiero dejar de estar seguro, abrazar todas mis inseguridades, y que ellas me conviertan en un repelente de personas falsas; tan llenas de banalidades.   Quiero dejar de ser ordenado y fluir en el caos viviendo todo a desorden.   Quiero volver a ser olvidadizo y olvidar los malos tragos que la vida insiste en traerme a cada rato.   Quiero comer poco y quiero escribir mucho, quiero dejar de consumir para crear y vivir de lo que pueda escribir.   Quiero amar mucho, sin importar que sea reciproco. Quiero dar   sin esperar nada a cambio.   Quiero pretender que no tengo padre ni familia que me quiera.   Quiero caminar por el mundo; sorprendido, y volver a ser ese niño, que jugaba constantemente desvivido.   Quiero vivir eternamente, pero sé que no lo lograré. Ni si quiera sé si mis palabras

Cuando por fin sea

Tengo padre, y se siente ausente. Ya no tengo madre, y se siente aun más presente. A mi maldita soledad no se la deseo a nadie.   Mis labios yacen en silencio desde que arranca el día, permanecen así, quietos, sin risas. Hasta la noche cuando acaba esta estúpida agonía en una triste neblina.   Quise hacerme amigo de un maestro sabio, pero su sabiduría a cambio de mi amistad, tenía más peso y nunca perduraría.   Quise hacerme novio de la alumna más bonita de filosofía, pero un rayo de Sol, más mi terrible honestidad, me volvió a invadir de soledad en una inundación de melancolía.   Quise ser el mejor alumno, pero los maestros nunca se callan. Su palabra tiene más peso, más experiencia que mis comentarios con hedor a insolencia.   Compañeras y compañeros avanzan en sus carreras. Yo me voy estancando, y me voy quedando, en vagos intentos con mis tonteras.   Todos triunfan y avanzan en un