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Animales fantasmas

Las llamas van creciendo, y en su ardor egoísta, van haciendo cenizas a la vida. Vidas que corren, vidas que aclaman. El fuego alcanza sus llantos en voces que siempre callan.   Las lágrimas brotan tendidas, pero no son suficientes para calmar el fuego que crece, que quema, que arrasa, que quita. Cuántas vidas se han perdido con el inicio de una chispa.   Se arrastran los conejos y brincan las serpientes. Se van perdiendo vidas inocentes. La lluvia ha quedado ausente. No comprende al sol que quema sin piedad alguna en su sofocación de calor latente.   Primavera oscura estas llena de cenizas, que en mis palabras aclamas y enfatizas.   Escalofriante fragilidad que permea con cada paso de nuestra temible humanidad. La vida animal y la naturaleza se van desvaneciendo de manera fugaz. Ya solo quedarán huellas y aspas de vidas gastadas en una presencia de animales fantasmas.   JNR

Quién soy yo

Quién soy yo cuando me pregunto quién soy. Me vuelvo ajeno a mi yo en un yo preguntándose quién es ese yo que se cuestiona; para saber quién es.   Por qué nos preguntamos. Por qué nos cuestionamos.   Quiénes somos cuando dejamos de hacer preguntas. Cuántas respuestas van quedando ante cada nueva pregunta que tiemblan de validez con cada nueva cuestión.   Por qué del por qué y por qué debería haber un por qué. Por qué pregunto hacia un yo que quiere respuestas cuando dejo de ser yo para preguntarme quién soy.   Por qué sonrío y por qué lloramos. Por qué sentimos, y por qué nos malgastamos.   Nos vamos malgastando en preguntas, y las preguntas se van quedando cuando dejo de ser y las respuestas ya no son.   Ardo en preguntas desde que nazco y muero con preguntas que ya no alcanzan.   En el nacimiento nace la pregunta. Y la muerte, termina por responder al quién soy yo, quién fui yo, y qu

Eternamente

Bellos son los desiertos que circundan tus caderas. En un manto de carne blanca están posados tus blancos y pequeños pechos, que amo e idolatro y fungen como mi alimento.   En el relieve de tus tatuajes, voy depositando mis besos más sinceros y voy llenando de humedad cada grieta de tus senderos.   Elegante anatomía griega, me resulta tu espalda, en ella, voy creando caminos, voy conquistando terreno para que con cada beso sea un camino hacia Roma. Bello imperio romano son tus gloriosos labios que se asoman.   Adoro descomponer tu cabello. Me invade cierta paz, con cada beso y despeinada nos vamos amando más y más.   En nuestras miradas reposan las más íntimas caricias. Caricias que ríen, caricias que gozan en un gran vuelo donde se alzan y damos vida a nuestro palpitar con nuestros corazones bombeando con fuerza y sin aterrizar.   Nuestro gran festín es por esta noche intermitente. Pero nuestras almas

Mi poesía

Elegante espina clavada que tuerces mi boca en murmullos. Vas llenando mi alma callada en una oscura y fina capa llena de nostalgias y lamentos que nunca acaban.   En mis labios retumban palabras que no te tocan, pero acarician tu tierna boca al filo de la madrugada en un corazón que brota y vibra,  en una sola nota.   Te has vuelto mi sed más sufrida y anhelada en un destierro de palabras, que embriagan de la nada frente a la luna pasmada que ya no canta.   Voy forzando las palabras y en cada verso, se va enterrando cada vez más y más, la larga y filosa espina, sin pena y sin piedad.   Espina que me ruboriza y me va vaciando a ratos en sucios y limpios vasos vas dejando un vacío que me llena de hastío. Sin glorias y con desafíos en cada noche sin luz de día te vas clavando mi luz, mi poesía.   JNR

Son destellos nada más

Son destellos nada más los que arremeten los sentidos; sentidos lúcidos en la decadencia del bienestar.   Destellos de nuestro amor al aire. Brotan, viven, son latidos fugaces. Raspan el corazón junto al viento desvivido.   Cuántas anotaciones y cuántos suspiros se encuentran en una pluma.   La noche nos ha llegado y ya no hay destellos, solo destellos de estrellas; solitarias y distantes, que no dicen nada pero brillan fulgurantes.   Hay mil destellos en un destello. Y hay mil indiferencias en tu indiferencia.   Hoy estamos tan distantes. Lejos de nuestros destellos más íntimos, más secretos, más siniestros.   Qué sentido tiene dar destellos cuando no son sentidos.   Son nuestros destellos falsamente verdaderos. En nuestras mentiras hay una verdad de amor con destellos que no se ven, y residen en nuestras almas; almas invisibles pero que arden en destellos.   JNR

Huellas

Imágenes sesgadas de tus manos y piernas. En olas de mar deseadas, junto con la arena, que va borrando con cada marejada, tus hermosas y deleitantes, finas huellas marcadas.   Espuma espumosa que nuestro cariño desemboca, en bocas que se besan con torpeza y delicadeza.   El paisaje nos regala un sol que nos apuñala en nuestras espaldas desnudas que se van manchando de caricias y de dudas.   Las olas van marcando las horas en un vaivén insistente, de ritmos sin demoras, en beso tras beso, en un ánimo complaciente vamos ardiendo con cada verso.   La brisa del mar nos va despeinando y nos va dando aliento en cada choque de nuestros cuerpo al viento.   La arena ya no cabe en nuestra desnudez. El sol se ha ido y ahora la luna nos acaricia en su cumplido.   Y el mar se sonroja ante nuestro amor que es náufrago y al mismo tiempo, un eterno oleaje que nunca para pero que acapara, nuestras huellas en la

Desdichados

Así como se nace con la muerte colgada, en el pecho y en los hombros, es igual mi amor con cada pasada nuestro amor de ruinas y de escombros.   Desdichados se han vuelto mis besos, más fríos son tus besos que emanan de tu boca que ya no me llama.   Entre orgullo y orgullo nos vamos amando. Entre lágrima y lágrima nos vamos desvaneciendo.   Ven cariño, abrázame, así, sin amarme, ya se me hizo acostumbre, el no sentir nada al besarte.   Huecas son tus caricias, en la costumbre de tu mirada seca. Mirada, que no me mira, que no me piensa.   Hay otros, lo sé. Pero no me importa. Mi dignidad yace rota, yace en un lugar donde no me alcanza tu muy besada boca.   Pocos son nuestros besos, en una manada de suspiros. Suspiros, que van callando: un amor sin rezos, que gritan cavando, un orgullo sin prejuicios y prejuicios sin orgullos.   La única batalla que puedo ganar, es que me pienses cuando besas

Siempre

Un mar que se aquieta tras la ausencia de tu mirada. Las horas yacen en pausa. Se va borrando el amor que me jurabas. Voy contando los segundos, voy anhelando los minutos en soledad y con causa.   A mí nadie me busca. Siempre termino buscando. Siempre soy el que espera, siempre soy el que anhela. Siempre soy el que desea un buen día, buena tarde, y buena noche. Y a mí… ¿Quién me desea?   Con pareja o sin pareja estoy destinado a la soledad, soledad ausente, soledad presente.   Cuánto drama y nostalgia se encuentran en mi calma, calma que arde en ganas de tenerte y de no tener a nadie.   Al presente siempre le ha urgido abandonarme. Y en cambio, a los recuerdos, siempre terminan por amarme.   Ya no sé qué esperar, ni qué he esperado Solo sé…, que me he convertido en un maldito experto en esperar lo inesperado.   JNR

Sueños

Divina poesía mía. Me encuentras en horas dispersas y en tu presencia seductora, me quemas y no me sueltas.   Se incrustan las palabras con cada beso de tus labios secos, no hay ternura simplemente es invasión sin premura, que no llamo, que no invoco, que no veía en la llanura. Cuando menos pienso en ti. Es cuando más te gusta venir. Me agarras disperso en la noche. Me tocas, jugueteas conmigo, me acaricias, me violas sin sentir.   Sin mi aprobación. Metes tus labios en mi pluma ingenua. Una pluma que no busca amor, pero que ruega por el juego, ese juego de la seducción, tanto oral como escrita.   Es triste tu visita incomprensible poesía, ya que tú no me amas, solo vienes a cumplir tu capricho artístico. Y en esa penetración textual. Yo te beso, te beso con una dulce desesperación. Ya que no sé cuando volverás. Y en ese instante, procuro no amarte y no soltarte en tu sangrienta sanación.   Pero tu partid