Y la vida nos alcanza
Y la luna calla, y la música toca sus colores, y la luz nos invita a contemplarla, y el bosque deja caer su misticismo, y el azul es distinto, y el amarillo se intensifica, y los personajes danzan, y la pintura se acumula, y los rostros parecen complacidos, y las estrellas se exaltan, y la tierra no parece de este mundo, y el cielo oscuro se vuelve claro, y los amantes se abrazan, y la música vuelve a resonar con colores más brillantes, más intensos, más palpables… Y el fuego nos acobija con su calidez, y los arboles parecen cuidarnos desde las alturas, y las montañas se esconden de la vista para cuidarnos desde el subsuelo, y las historias nos hacen emocionarnos, y las tragedias parecen lejanas, y los animales nos miran con asombro a la distancia, y la luna se consagra en lo alto, y los cuerpos resultan más tibios, más húmedos, y la comida nos consume con sus aromas apetecibles, y el agua enjuaga nuestro paladar de manera distinta, y las aves se guardan para la mañana, y comienzan las