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Me mata

Me mata. Me mata saber que ya no estás. Me mata tu ausencia. Me mata tu indiferencia. Me mata ya no hablar. Me mata la incertidumbre de tu corazón. Qué nuevos caminos recorrerás y en qué nuevos brazos caerás. Me mata. Me mata la soledad. Me mata no poder regresar el tiempo. Me mata no tener a nadie. Me mata no tener amigos. Este maldito cigarro en mi mano, me mata. Me mata no saber de ti. Me mata la muerte que se ríe de mí. Me mata que no llames, que no hables, que no aparezcas en la entrada de mi puerta. Me mata que ya no quieras regresar. Me mata saber que pasaré ahora más tiempo en soledad que los cinco años antes de ti. Me matan las noticias. Me mata saber que si mi padre muere, quedaré absolutamente solo. Me matan los estudios. Me mata no ser un ciudadano ejemplar. Me mata la violencia. Me matan las injusticias. Me mata la inseguridad. La policía me mata. Mi presidente me mata. Me mata pensar

Me siento enterrado

Me siento enterrado en el fondo de un desierto donde nadie anhela  desenterrarme. Pequeños rastros de sombras acompañan mi agonía tan trágica y desértica. Ligeros trazos de luz pintados a la lejanía de mis más íntimos llantos que se quedan guardados en el fondo de la indiferente arena que quema, que abriga, que no me deja. Doy pequeños pasos en la noche fría caminando sin rumbo como muerto en vida, sin razón, sin motivos, sin una ilusión de deseo de salir de esta  ya muy querida  oscuridad  que acaricia de vez en cuando mi muy amada soledad. Con rasguños y mordeduras vuelvo a caer enterrado en la arena de un desierto que es más sabio de noche que de día. La lluvia empieza su sinfonía de lamentos con gotas que se incrustan en mi cara seca ya roída y agrietada por la depresión de no ver un alma cerca y ajena a la mía. Resuena cada impacto como proyectil del cielo hacia a la arena. Ruge cada grano de are

Un amor

Como un fuego que se apaga se ha extinguido la llama de tu piel ardiente entre mis labios.   Pocos son tus recuerdos vanos en aquel fastuoso catre donde embalsábamos nuestras miradas más cercanas.   Tu belleza era dogmática y tu inteligencia infalible. Piel suave que ahora yace extinta frente a mis manos como un fantasma que ya no se toca pero que se siente su esencia ausente.   La voz suprema de tu canto se ha vuelto muda frente a mis oídos sordos que ya no escuchan, que ya no contemplan tus desafinadas letras aunado a mis miradas secas.   Posas frente al espejo sucio donde aniquilaste mi atracción hacia tu estético rostro que ahora es libre de mis besos.   En fin, la vida continúa aun sin ti. Ahora iremos por la vida mudos, cada quien por su vereda. Callando a nuestros nuevos amores lo que tú y yo algún día fuimos: un amor bonito y breve.   JNR

No calles corazón

Hay corazón, me encuentro rodeado de plegarias que me acechan y me apuñalan. Cuánta tragedia subyace en este infierno. Caminamos entre podredumbre, sin más, envueltos en la lumbre.   La muerte azota en cada rincón, pero ella nos recuerda que todos somos iguales: Vida que será muerte sin nula compasión. Ya no calles corazón, bombea tus gritos, alza tus puños y vuela en justicia envuelto en la memoria de los que hoy ya no vuelan.   En la sangre derramada de vidas tomadas, pintaremos la injusticia de nuestras almas calladas.   No callen corazones, latan al ritmo de fervores, canciones  y tambores.   Ya quedó claro. Ellos no nos ven como a sus iguales. Hagamos temblar el piso para que caigan junto a sus malas frivolidades.   Vibra corazón que ya no hay  miedo en tus venas.   No calles corazón. Ya que no tendremos compasión.    JNR

Se rompen

Se rompen vidas con mentiras. Se rompen mentiras con el tiempo. Se rompe el tiempo. Se rompe la vida. Se rompen sentimientos que aman. El amor se rompe y se extingue la llama vivida. Se rompen las caricias invertidas. Se rompen susurros al viento. Se rompe el viento en soledad. Se rompe la soledad con tu rostro. Se rompe tu rostro con mis lágrimas. Se rompen las lágrimas con tus sonrisas. Se rompen las sonrisas con nuestra decepción. Se rompe nuestra decepción en besos. Se rompen los besos con desdichas. Se rompen vidas con mentiras.   JNR

Crecen mis plantitas

Crecen mis plantitas en un descuido de suspiro. El viento esparce su aroma entre cantos y danzas que nunca nadie ha percibido.   Son contados los vientos a modo de susurros. Mis plantitas crecen grandes y sin apuros.   Crece el viento en sus ramas donde se resguardan aves e insectos que con la lluvia se desparraman.   Crecen las gotas en su tallos. Mis plantitas brillan entre el calor del sol y mis más sinceros fallos.   Nula atención prestada. Mis plantitas crecen entre olvidos y descuidos. No reparan en berrinches, solo bailan entre silbidos. Crecen fuertes, grandes y entre suspiros.   Aprecio su fuerte verde y sus claras ramas que no dependen de un cariño mío. Yo las contemplo y ellas crecen.   Altas, verdes crecen mis plantitas. Y entre todo este vaivén, ellas me preguntan: ¿Y tú? ¿Por qué no creces?   JNR

Vagabundo

Sí, es cierto cuando hablan  de un corazón roto . Siento los pedazos en su filo enterrándose bajo mi pecho. ¡Qué muerto me siento! Y es que de qué le sirve al mundo un suicida. Un suicida que no se suicida. Mis tres intentos de suicidio han sido por amor. Es donde más pasión entrego. Pero no me atrevo. Hay parejas que se golpean, se insultan y regresan de nuevo. ¿Y a mí? Me olvidan definitivamente por no saber amarles. Me colocan en una bóveda bajo el mar de la indiferencia, olvidándome eternamente. Me he vuelto aquel vagabundo que nadie se atreve a ver. Un vagabundo que solo mira al pasado siendo feliz sin él. Visitando a sus ex parejas desde lejos y a la distancia. Ellas son felices y yo solo miro desde mi podredumbre humana, desde mi incapacidad  de no saber amarles  como ellas y ella querían. Miro triste y en directo a mi posible felicidad que no fue. Las personas son más felices sin mí. Qué fácil es borrarme d

Murieron

Tristeza de no verte y verme en la tristeza llorando tu recuerdo en un llanto torcido. Sin ánimos sin fe, sin esperanzas. Siento al desamor como un adelanto de la misma muerte. No propia sino más bien, ajena y a la vez tan cercana a mí. Y sí, murió un yo que se ilusionaba. Murió ese quien te amaba. Murieron dos entes que solo actuaban como actuaban juntos y no con nadie más. Murieron nuestros besos. Murieron nuestros juegos, nuestras respiraciones, la mezcla de nuestros fluidos. Hoy ha muerto la unión de nuestras iniciales juntas. Murieron nuestros planes. Murió lo que pudo ser. Murieron nuestros suspiros. Murieron las ganas de vivir juntos. Y en la cenizas de cada muerte yacen los recuerdos. Que duelen más que la propia ausencia. Te fuiste, me vaciaste. Pero me dejaste tus más bellos recuerdos de un yo ausente que te extraña desde la ausencia de sentirme vivo pero muerto en vida.   JNR

Tal vez

Me voy complaciendo con cada trago, con cada sorbo, y entre síntomas de nostalgia. Mis lágrimas se suicidan en el vacio de mis mejillas, en dirección hacia mi café, que yace frío, que yace en calma.   El techo de mi habitación está lleno de susurros, tanto tuyos como míos.   Una vez me dijeron que para ser filósofo era necesario aprender a contemplar, a observar eficazmente. Pero hoy, solo puedo ver carencias que son tristes, que son ausentes.   La ausencia de personas. La ausencia de alegrías. La ausencia de caricias. La ausencia de tu cuerpo. La ausencia de tus labios. La ausencia de tu cálida compañía.     Cuando creo aprender de amor. Aprendo más de ausencias. Me acostumbre a tu compañía. A sentir que si moría, tú me enterrarías. Pero ganó más tu ego, el cual me dejó varado, solo, y a ti, con cientos de posibilidades.   Tal vez ahora te abraza alguien más, tal vez hoy te besan como a ti te gusta