Manto de árbol húmedo y perdido
La lluvia arrastra nuestros nombres bajo la tutela del caudal que arroja de manera suave, fría, un poco violenta a nuestra intimidad escurrida en la naturaleza boscosa. Aquella atmósfera no comprende nuestro encuentro. La unión de dos cuerpos desnudos removiéndose entre las raíces que se acuñan en un manto: Manto de árbol húmedo y perdido. Incesante movimiento de cadera que hace fabricar cada gota de tu rostro quieto. El tribunal de arboles da su veredicto, su sentencia muda. Condenándonos en nuestro delirio. Aquel exquisito apetito sexual de hacerlo en todas partes. Aunque no sepamos si la naturaleza entienda nuestras múltiples escapadas que hacemos en su vientre, más profundo donde nadie nunca nos verá. La ropa sobra y la tierra nos viste. Las ramas y hojas aceptan nuestras secreciones más viscosas, más cálidas, provenientes de nuestros cuerpos chocando fuerte, suave, violentamente. No es amor, es pasión, e