Entradas

Mostrando las entradas de enero, 2021

Frías compañías

  Qué cálidas se vuelven las palabras escritas después del tormento de la compañía fría. Una sombra abraza más fuerte en lugar de las pobres amistades efímeras que con un solo apretón de manos concretan el final de una melodía corta, burda, monótona. La misma obra representada miles de veces donde tengo que representar un papel de viejo amigo que convive en una atmósfera que me infla los pulmones de hastío. Una gravedad apacible que me hace flotar en múltiples melancolías de recuerdos. Soy feliz en compañía física; pero, soy más feliz en compañías literarias. Estar rodeado de autores y autoras, avasallando la pluma en un papel es mi consumación para confirmar mi amor absoluto por la soledad. Una soledad más cálida, que corre ante mi sed de cafeína, que me consciente en la inspiración escrita. Me surge la intriga de qué piensan esas voces y miradas que me juzgan en silencio. Pero no le doy importancia, prefiero cumplir mi papel y regalar mi despedida tardía. Un tanto embriagada por

Lago

Un tallo de hoja seca en un espejo de agua, embelese la mirada, la aquieta, la separa.   Piedras sumergidas en un llanto quieto de agua son grises, son rojas, son contadas.   Combate un pulso ciego resonante en la expansión vibrante que alcanza los sentidos que caminan, que resuenan: Los atrapa.   Reflejo nítido de la constancia de un rostro líquido; danzante e intimidante que expulsa una voz muda avasallante.   En este lago de mis repulsiones, encierro mi mirada. Me doy cuenta: tengo la mentira incrustada, y la amarga voz callada.   JNR  

Nubes

Un regazo de nubes pintadas en el cielo. Almacenan sin ser cómplices de un protagonismo artístico en el lienzo del paisaje claro.   Esculturas de mármol levitan majestuosamente en vuelo quieto, vuelo alto.   Se van haciendo mudos los rostros ofreciendo total contemplación:   virginal y ostentosa.   Sinfonía de colores impregnadas en superficies de aposentos amorfos.   Rayos de sol se clavan como espinas hirientes, pulsantes. Vasija de sueños depositados; carcomen un sinfín de suspiros al aire perpetuo.   JNR   

Fantasías rotas

  Deseo que encuentres los besos que siempre quise darte. Que te abracen fuerte por las noches como yo abrazo a mi almohada en cada una de mis soledades nocturnas. Alguna vez me recomendaron que si quería enamorarte debía regalarte libros de poesía. Yo en mi obsesión; me hice un mala poeta para dedicarte mis más íntimas poesías. Gestos mudos, gestos sordos, un gesto que no me alcanza. Bella y delicada sonrisa blanca. Nos escapamos de clases y nos aventuramos en un tren de incertidumbre. Los paisajes se van haciendo oscuros en el discurrir de tu piel. Besos y caricias públicas atraen miradas que juzgan nuestro amor renacido. Vuelve a brotar la lumbre de las cenizas de cuando éramos dos simples chiquillas. Besos por debajo de la mesa rota. Caricias en tu cuarto mientras hacíamos la aburrida tarea de algebra. Una más una, igual a una. Te miro, te acecho, me jalas, me muerdes los pechos. Miradas furtivas en el descanso y mensajes eróticos en un salón silencioso lleno de alumnas. Qué ga

Amantes

  La sangre brama proveniente de un lago de delicados hilos rojos que se van acuñando en tus nuevas y finas caderas amplias. Y es que a ti el tiempo te ha vuelto más esbelta. Eterno suicidio que en tus curvas guardas mis más sanas caricias mudas. Un sendero de voces calladas electrifica la luz de nuestra historia más callada. Labios comprometidos en promesas falsas. Amantes nocturnos y matutinos desconocidos. Amplia indiferencia de día. Cena de cuerpos de noche. Suenan las campanas en tu compromiso religioso. En tu vientre guardas mi venida vuelta vida que callarás en besos con tu pareja definida. Tu alma salpica la infidelidad fortuita. Te decoras en besos que no son míos. Pero me reconfortas al posar mis manos sobre tus exagerados senos mientras se realizan los pecados más íntimos bajo tu falda. Somos prohibidos en lo Apolíneo; pero aplaudidos ante lo Dionisíaco. Rutina matutina seca. Húmeda y escurridiza melodía nocturna. Saludos distantes mientras desayunas. Cena jugosa entre grito

Introspección

Canto colorido de palabras derrochadas, desolación cantada en un bestiario inexpugnable.   Ve navegante a tu inevitable redención, rompe la neblina con tu fatiga de murmullos.   Hay locura en tu casta y un sentimiento ruin, parpadeante, murmurante de síntomas sanguinarios.   Un galope de recuerdos que satisfaces en tu dicha: Clara, obscura, movediza.   Eterno raciocinio delirante; retumba, sucumbe fresco y asfixiante.   Un retorno de luz que cabalga temeroso hacia las ya   pocas veces exploradas: Montañas de la locura.   JNR

Sed de hastío

Sonrío en llanto y me quiebro en lamentos, son contados mis tormentos cuando río y canto.   Tengo sed de hastío. Sonrisas elaboradas en mi sano delirio de risas descaradas.   Lágrimas sonrientes, felicidad fabricada en el teatro de mi fachada con latidos disolventes.   Derrumbo mi bendita hipocresía, finalmente, mi rostro refleja mi dulce amargura y mi desterrada alegría.   Ya no más contagios de buenos días ya solo queda mi actitud cortante de negras melodías.   Ya no más sube y baja de ánimos que se desquebrajan.   Al fin soy yo; sin pretensiones, sin adulaciones, sin lamentaciones y felizmente: borracho de hastío.   JNR

Anónimo

Te visto en recuerdos pero por más que intento me vuelvo resbaladizo en la telaraña de tu orgullo. Ilusión de viento que se disipa como hojas secas a la deriva. Blancos son mis pulsos que dan mis pasos quietos en la luz tenue de tu olvido. Un destello de oscuridad se va posando en las nítidas huellas de tus ausentes caricias. El veneno de la soledad va cumpliendo su cometido. Oscuros son tus besos en este cuerpo hinchado de abandono. Te llevaste algo de mí que en tus manos: Frívolas…; enterraste. Ya solo brotan espinas rojas pero puntiagudas en esta tierra polvorienta. Qué ironía será nuestro encuentro futuro: tú, sin saber quién soy, y yo, por dentro cargaré el luto de lo que un día fuimos y enterraste. Me volveré anónimo de tus labios y un poema triste que tu ego callará. Y seré un mal cuento en los nuevos labios que te mentirán y besarán. Adiós… Amor de mi vida. Se despide un anónimo que te ama

Ya me cansé

Suspiro a lamentos una encarnación sin sentido. Lamento en suspiros mi felicidad diluida. Carne áspera. Carne pútrida. Voy callando infinidad de alegrías. Dejar de ser en soledad se ha convertido en mi mayor hábito percibido. Qué fastidio se ha vuelto ser sociable, ser amable, ser confiable. Quiero dar dos pasitos hacia atrás, sentirme invisible en su estúpida mundanidad narcisista. Cómo pueden, cómo pueden tener tantas fotos de ustedes. Es como tener la misma máscara: repetida, desgastada. Con tanto filtro es difícil reconocerles en persona. Extraño, extraño apreciar tonos de piel morena en las redes sociales. Ya todos lucen blancos y blancas. Si alguien ya tiene  un tono blancuzco, lo exagera aun más, es como: Sí, soy blanca, pero puedo ser más blanca. Su falsa felicidad me deprime constantemente, mente, mente. Odio a los falsos eruditos criticando las terminaciones en mente. Creo que ha llegado la hora

Soledad sexual

  Amanecí enfermo de tus labios. Siento la resaca en mi boca de cada sorbo que tus discretos pechos provocaron. En mi serenidad cuando creo ya haberte olvidado. Me invade la sensación de cada acto inicial de cuando teníamos coito. Aquella sensación de alivio mutuo al iniciar mi penetración y acariciarte desde tus adentros. Extraño ser un alcohólico de tu calidez corporal. La cálida humedad de tu sexo abrazando al mío. Aquella nobleza de tu cuerpo al arropar mi miembro con la seda de tus labios vaginales. Era sumamente nuestro el acto de caridad el de no dejarnos morir en soledad y con nuestro deseo sexual. Ese rito inicial de posar mi pene sobre de ti y dar pequeños azotes a tu vagina caliente antes de apuñalarla en una copulación inicialmente tierna para acabar violentamente con mi venida sobre tu vientre blanco. Ese primer beso apasionado donde la ropa nos estorbaba y mi erección y tu calentura nos hacía mojar ligeramente nuestra ropa interior. Y es que no sé por qué razón teníamos q

Recuerdo

Has quedado fijo en un mar pausado. La crucifixión de tus manecillas son el fiel testigo de tu presencia en pausa, moribunda, sin causa. Aludes a la prisa en tu camino quieto. No hay música. No hay pasos. No hay voces. No hay cantos. Velocidad diluida en eterna calma. Solo queda el recuerdo de lo que un día fuiste. Tu memoria quieta. Remembranza desvanecida en tu sonoro y callado: Tic Tac.   JNR

Abejita

Abejita moribunda que vas callando en breves y cortos zumbidos. En un arrastre donde llevas el ala rota. Pides ayuda. Nadie se apiada de tu frágil y diminuta existencia. Son zumbidos de agonía en extraña quietud. Son zumbidos ahogados en un pozo de indiferencia. Ruido áspero, monótono. Son zumbidos…   JNR

Marcelina

  Es un recurso renuente el que practicas cuando invitas a tus receptores en ese acto casi mágico y narcótico de intercambiar diálogo contigo Marcelina. Ese recurso de fingir importancia a cada hombre que se atreve a dirigirte la palabra. Uno se inmuta ante tu seria mirada de elegante fragancia al pestañear. No obstante y sin tapujos, tus finas prendas de época consultan a los sentidos a llevarlos a un viaje en tren de lo más remoto a través del tiempo distante. En tu boca pintada de color morado carmesí portas con orgullo un habano que muerdes con tus brillantes dientes en tus momentos de hastío. Y son renuentes, y más cuando descifras el trasfondo de un diálogo barato que utilizan las mentes brutas para seducirte; pero, no tienes noción que al verte uno queda así, idiotizado. Lo único que uno puede decir son idioteces. «Qué estúpida excusa», piensas. Tu caminar no es nada sensual: es decidido, fuerte, retumba en el suelo y llamas la atención en cada paso como si cada calle fuera tu p

Pentagrama corporal

Subyace una neblina fresca que se impregna como la nieve en tus pálidos y blancos senos. Baja húmeda, baja caliente en una fragancia discreta baja dura, baja fuerte. Penetración arrítmica entre curvas y músculos se esparcen espesos y lustrosos fluidos. Constantes constelaciones giran en espiral y en desorden en una reunión de susurros pujantes. Nuestras lenguas se abrazan. Entra en curva, sale firme. Deleite musical en un pentagrama corporal voy colocando mis besos, mis caricias, mis lamidas en un ritmo de notas tiernas y furiosas. Eterno y lúcido resplandor. Divina mezcla de líquidos. Te toco en Do y tú en Re. Ámame en Mi. Deshazme en Fa. Brillemos altos y calientes En un perpetuo Sol. Escala de mis más íntimos delirios No te calles nunca y vibremos siempre.   JNR

Trazos

Un pulso salvaje  que camina arrastrando alas. Alzando la frente en alto. Vibrando, retumbando en cantos. Marcha con las venas rotas. No calla. No baja la guardia. Va dejando huella con cada paso. No apresura va dejando rastros. Hay música en su corazón. Va cantando. Va soñando sin detenerse vuela en pasos. Lentamente se va desvaneciendo. Ya solo van quedando, simples, amargos, y tristes trazos.   JNR

1000

He guardado mil flores marchitas en tu boca para que cuando yo me muera no me extrañes. He roto con mil amistades secas para que vociferen mal de mí con ternura y olvido. La mala reputación se ha hecho presente en cada espacio de rincón ausente. Ya no quiero, ya no quiero. Siento como una conglomeración montándose en mis hombros presionando,   acechando, acumulándose. Y es que es fácil huir de la gente, pero es más difícil huir de uno mismo. Oscuridad de soledades en un confuso abismo. Mi sonrisa falsa esconde mil maldiciones que no se ven pero gritan lágrimas en balcones. Me guardo en un cuarto húmedo De mil embarcaciones; ellas circundan en un mar de mil millones de lágrimas junto con mil depresiones. Qué dicha es que mil personas me olviden Pero existe más dicha en que mil personas me adoren. Mil ausencias. Mil amores. Olvídenme sin rencores en mil susurros, sin apuros.   JNR