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Mostrando las entradas de febrero, 2021

27/02/2021

Cuántos rostros y silencios el tiempo sin piedad despega del corazón e incrusta en el pasado.   La espuma de la memoria va arrastrando tu nombre que retorna y se esfuma. Cuando hubo un tiempo en que tu nombre fue el sustento de mi calma. Calma que ruborizaba en un vaivén, que confieso; en que noche tras noche mi sonrisa nocturna; me abrazaba y me pasmaba.   Una vez, me hablaron del destino, pero no creí que iba a tener tu rostro, tu nombre, y apellido, aún, después de tu olvido.   Y es que hasta he olvidado: Quién soy. Ese yo vuelto susurros: románticos. Se ha convertido en un yo de suspiros: burdos y nostálgicos.   Voy caminando y olvidando rostros. Las fechas se acumulan, se incrustan, se resbalan. Se van borrando. Y además, me van matando.   Voy acumulando tiempo y voy acumulando olvido.   He olvidado cómo amar, cómo confiar en el amor, cómo sonreír de verdad. He olvidado cómo vivir. So

Malas decisiones

  Querida Macorina:   Quién soy yo para demolerte en palabras. Si tus malas decisiones te derrumban a diario. Pesadillas me invaden y, en ellas se aclara tu rostro demoniaco nuevamente. Qué ironía, cuando antes te contemplaba, ahora huyo de ti despavorido en sueños. Te has vuelto un monstruo que incendia mis sueños con tu mala esencia. No importa. Mi consuelo, es que estás atada a una eterna mala imitación de tus ídolos. Preferiste ser una absurda copia más, en vez de entregarte al intelecto matemático que yo tanto admiraba en ti. Y es que te resultó más fácil hacerte la idiota en vez de quemarte tus pestañas de plástico con mil libros. No me sorprendería algún día mirarte detrás de alguna motoneta con tu vientre de embarazada. Tú mayor dicha es la aprobación de personas que ni conoces o crees conocer; pero, son tu droga, ya que aprueban constantemente tus aburridas fotos de siempre con veinte filtros. Mírate, eres un patrón mental andante de tu madre que lucha por verse eterna

Palabras a la deriva

Cuántas palabras no alcanzan en la prisión de nuestro lenguaje. Quiero escribirte las palabras más sensatas, más bellas; pero solo salen las más tristes.   Si tan solo pudieras tocar con tu boca cada palabra mía. Nos besaríamos en versos, en comas, y en cada punto te desearía.   Qué sentido tiene embellecer el lenguaje, si yo solo anhelo amarnos en palabras y sin carruaje.   Palabras a la deriva: sueltas, salvajes…   Y es que el lenguaje no alcanza para demostrarte cuánto te extraño. Ahora me disuelvo en palabras, volviéndome más huraño.   Y es que yo quiero que me entierren así: en llanas y simples palabras. Palabras que ya nadie extrañe pero que se refugien en lenguas ajenas y degusten la amargura en el sazón de mis palabras saladas.   Yo ya no importo. Olviden mi nombre. La egolatría de quien escribe debe olvidarse. Pero les pido de favor que cuando yo ya no exista. Que desentierren y alimenten

Indecisas decisiones

Un universo que camina en una mente que tropieza. Cómo saber qué es lo que me espera. Si mi vida es incierta. ¿Qué hago aquí? ¿Alguien espera algo de mí? Solo puedo ofrecer incertidumbres, tropiezos y, malas decisiones.   Anhelo lo que no hago y hago lo que no anhelo.   Camino en pasitos temblorosos. La tierra cruje; simplemente se ríe. Cuando logre mis metas ya no habrá nadie quien celebre.   Decisiones… Todo siempre ha sido decisiones. Tras cada mala decisión. He decidido ya no tomar decisiones.   Tropiezo en el tiempo que se me ha dado. Elijo de a poquito y no elijo a lo grande. No tengo hijos, ni pareja, ni un amor venidero. Ya solo cuentos las horas para que esto termine y nunca nadie me recuerde.   Fui todo y nada a la vez. Ya no quiero amor, ni amar. Ya solo pienso en cuántas veces En todas las vidas que mi vida pudo ser. Adiós nostalgia. Me volveré olvidadizo de ti en cada trago de suicidios

Pasión sin amor

Viento que se alinea en mi rostro pálido. Palmas que encajan en sincronía. Miradas extraviadas en un océano de suspiros.   Nuestros nombres se han vuelto susurros que se pasean en la piel un tanto húmeda y abrasadora.   Revolución de orgasmos cósmica. Dos estrellas que se tocan, que se besan y bailan en colisión detonante.   Mis besos van tejiendo tu espalda. Simbología plasmada por mis labios. Cada lunar tuyo anhela ser descubierto por mi boca traviesa.   Universo expandido en dos cuerpos que se besan, que sudan, que se acarician, que sueñan.   Qué vacío tan grande el mero acto de nuestros sexos cuando se separan tibios, cansados, húmedos, vacilantes. Anhelando su próximo encuentro fresco, firme, vigorizante.   Dos cuerpos que no se aman pero gozan de una inmensa compatibilidad sexual. Ambos han abandonado al amor; pero han encontrado fuerza, seducción, y una increíble exaltación de los

Mi tristeza

  Marchan mis lágrimas al vacío. Un vacío hondo que recorre un bosque de ausencias entre montañas rocosas, ríos de ruinas salpicadas por tormentas, que escupen truenos estruendosos en rocas donde el filo de arrugas de piedra muestra un rostro, mi rostro ruin y rencoroso. Mis dulces tristezas me ocultan rostros rotos despedazados en trozos rocosos que ya no puedo asimilar en tanta oscuridad. Deambulan rostros de sonrisas escurridizas en un desierto de arenas movedizas. Ya no canto, solo doy gritos, gritos roncos en garganta ronca que se arruina en cada trago de licor espeso y rancio. Divino néctar que ataña mi sistema sin cansancio. Se rompen las banderas de mi pecho. Un pecho envuelto de sangre ásperamente roja que se va desinflando en cada lamento religioso en capillas sordas. Y es que ya susurro en socorros horrorosos que rebotan en cada techo de iglesia abandonada. Mis llantos se han vuelto nocturnos y mis venidas más pegajosas. En mis pecados más íntimos renace la palabra frágil qu

Vivir la vida

Vivir la vida sin una guía, sin un presente. Envuelta en duda. Silenciada vía en arrebatos, sin tactos, sin nombre; pero comprometida.   Se rasga el viento. Flechas que se incrustan en el intelecto que ya es tormento pero penetran y se ajustan.   Melodías que ya no suenan pero se sienten, retumban en el cosmos expandido tan nítido y de construido.   Las flores ya no huelen y el sol ya no alumbra. Fuego congelado y nieve derretida.   La tierra ya no palpita sino más bien sufre y se debilita.   Va callando almas con sus temblores. Con sus nevadas, con sus volcanes y con sus marejadas.   Quién diría que el tiempo era lo que se pensaba que nos destruiría. No es así. Ahora es la tierra la que prepara nuestra bella y efímera despedida.   JNR

Indiferencia escrita

  ¿Qué es el tiempo? Es lo que suscita en un pestañeo, ese cambio de realidad repetida cuando se da en un abrir y cerrar de ojos. El tiempo es la suma de mil millones de suspiros dados en cada etapa de la vida. Retumban y alumbran mil calles oscuras. La definición de tiempo subyace en el reflejo viejo del espejo. Ya no es ese rostro ahogado de juventud, sino un río de arrugas devastado de alegrías perdidas en un valle de amarguras. ¿Cuánto tiempo le falta al tiempo? Uno no madura con el tiempo, solo se entra en el disfraz fingido de creerse más sabio a partir de mundanas experiencias. Básicamente, idiotas que se hacen viejos. Sería oportuno que al morir nos pasaran la cuenta de cuánto tiempo invertimos en tristezas y cuánto tiempo cosechamos en alegrías. Yo creo, que yo no tendría una más que otra. Sino un abrumador tiempo gastado en una constante indiferencia de hallarme triste o alegre. Llegaría con una indiferencia final bien invertida en soledad, sin alegrías y tristezas. La s

Soy lo que no soy

Singularidad disuelta. Páramo de expectativas. Intuiciones absurdas. Frío fuego rojo. Cánticos al aire, silencio interno bruto.   Me atrevo a moverme; doy cinco pasos en dos manos temblorosas. Callo, río, juego. En lágrimas me divierto y en grande risas me amargo.   Repetición constante de días aparentemente iguales. Despierto, como y duermo. Ya no lloro, solo espero a la muerte.   Ser o no ser. No ser nunca para nunca terminar siendo nada.   Anhelada incertidumbre. Doy vuelta a las páginas sin sentido. He olvidado la mitad de lo que escribo. Leo y leo. Y así me voy diluyendo en cada oración. Río, callo y lloro fingiendo.   Soy la nada vuelta vida. ¿Quién soy? Pero, y tú… ¿Quién eres tú? Soy la muerte, me respondí.   JNR

Silencios ansiosos

  Hasta en una caída aparatosa hay música. Cuánta desgracia subyace en mi simbólica monotonía. Desechos de pensamientos esparcidos en el limbo de la mente que he ahogado infinidad de veces, pero, que hoy brotan a flote en mi desesperanza. Has hecho que mis silencios se vuelvan ansiosos. Te has vuelto la pesadilla más recurrente y repugnante que mi inconsciente sigue develando. Y es que acechas con un parecido físico en otras mujeres jóvenes que miro dándome la espalda en la calle a lo lejos y divisan un color de cabello similar al que portabas la última vez que estuvimos de frente. Hasta se detiene mi caminar. Me quedo unos segundos paralizado, esperando a enterrarse un cuchillo grande en mi pecho. Una vez que confirmo que no eres tú, mi alma y mi corazón suspiran fuertemente en señal de descanso y paz mental. Cómo pueden haber ya pasado tantos años donde aún sigo con estas dolencias amargas. Si tú, ya hasta has de tener nuevas ex parejas después de nuestra relación fallida. No es por

No te tardes

No te tardes ya que el tiempo no espera. Se adelanta, se atrasa, me devora cual fiera.   Números que avanzan: Horas, minutos, semanas, años que se abalanzan. Pausas que no alcanzan.   Manecillas que no paran, tratan sin fallas, sin remordimientos me acosan, me atrapan.   Arrugas que agobian, Rudeza que espanta. Tumulto de cabellara blanca. El hoy ya no es ante la mañana rancia.   Se alargan los números, se acorta la vida. Un tanto temida por tu paso audaz. Silencioso, sin amabilidades, avanzas para desvanecerme, borrarme: definitivamente.   Y es que un poquito. Un poquito de piedad sería un gran gesto de generosidad que tuvieras dignamente y llanamente una fina y acariciante: puntualidad.   Me llevarás sin despedidas pero dejaré de tras, algo que tu no alcanzas: dulces, tiernos, y llanos charcos de letras fijas.   Me voy escribiendo, aprovechando tu desinterés d